Para Andrés Medina, docente de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales, lo que debiera trascender de este hecho es el buscar soluciones dialogadas y pacíficas a las tensiones que existen en esta zona del país.
A las 9:30 horas del próximo miércoles 17 de enero, el Papa Francisco arribará al Nuevo Aeropuerto de La Araucanía. De inmediato, se dirigirá hacia el Aeropuerto Maquehue, en la comuna de Padre Las Casas, donde realizará una multitudinaria misa. Esta será la segunda vez que un Sumo Pontífice visite Temuco. No obstante, el contexto político -social del país y de esta zona, en específico, es muy diferente al que enfrentó Juan Pablo II, en 1987.
“Cuando Juan Pablo II vino a Chile estábamos en el final de un régimen militar, no había democracia en términos de funcionamiento de la sociedad, se estaba planificando una salida constitucional al país y la Iglesia Católica se había enfrentado, en varias ocasiones, al gobierno. Es en este escenario en que se produce la venida del Papa”, comentó el académico de la UCSC, Andrés Medina.
A juicio del historiador, en estos momentos, la realidad nacional es totalmente distinta. “Chile es un país con millones de autos, de celulares, con miles de personas que viajan de vacaciones al extranjero. Sin embargo, este estado de bienestar genera situaciones críticas como la violencia, la delincuencia y la crisis de ciertas minorías. Dentro de estas, tenemos la de La Araucanía”.
Para Medina este problema es de larga data, pero, a partir de los noventa, es incentivado por organizaciones no gubernamentales del extranjero y por personas que provienen del continente europeo, quienes poseen una mentalidad postmoderna, que trata de deconstruir, es decir, de liquidar todo lo existente, porque es fruto de la maldad del ser humano.
“Cuando se incentiva la respuesta a la injusticia, dependiendo de los niveles que tenga el receptor de esas ideas, se pueden generar respuestas muy violentas. Es así como la actividad política se transformó en una actividad violentista, que provocó la reacción del Estado”, agregó el académico.
Es a esta realidad a la que se enfrentará Francisco. “A mi juicio, lo que va a quedar de la visita del Santo Padre, partiendo de la base de que estamos frente a la presencia de un jefe religioso, es que hay que buscar soluciones en paz, en diálogo. Hay que profundizar en los elementos que unen, y colocar al lado, los que dividen”, concluyó Medina.