Actividad organizada por la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales permitió conocer detalles y expectativas sobre la venida del Sumo Pontífice así como los desafíos que enfrenta el Chile que recibirá al Papa.
“La visita del Papa va a ser un hecho histórico, tal como lo fue la de Juan Pablo II. Uno se pregunta cuántos cambios produjo esa visita a nivel político y social, y cuántos producirá esta nueva venida”. Con estas palabras, el Decano de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales, Alfredo García, dio inicio a la charla “Francisco en Chile: el país que recibirá al Papa”.
La actividad, que reunió a autoridades de la UCSC, miembros de la comunidad local y universitaria, contó con las exposiciones del coordinador general de la visita del Papa a Chile, Monseñor Fernando Ramos, del Dr. Andrés Medina, historiador UCSC y del Dr. Arturo Bravo, académico del Instituto de Teología de la Universidad.
Los asistentes pudieron conocer detalles sobre los preparativos y las expectativas que se tienen sobre esta visita. “Creemos que la venida de Francisco I puede tener una gran incidencia en la sociedad chilena. Cada vez que el Papa visita un país, ese país se siente profundamente renovado por sus palabras y acciones. Esta es una gran oportunidad de encontrarnos con nosotros mismos y con el Chile que estamos construyendo”, sostuvo Monseñor Ramos.
Por su parte, Andrés Medina entregó detalles sobre el contexto histórico de la venida de Juan Pablo II al país y lo que significó para los chilenos su presencia. “Esta visita marcó un resurgimiento del espíritu de construir y de buscar salidas a través del diálogo. El Papa era profundo en la simplicidad”, comentó el académico.
La realidad y desafíos del Chile de hoy fueron abarcados por el Dr. Arturo Bravo, quien señaló a los presentes que el país que recibirá al Sumo Pontífice está formado por una sociedad más individualista y desconfiada. “A pesar del avance en materias tecnológicas, de Derechos Humanos o ecológicas, no hay grandes ideales ni un horizonte común. Las personas confunden diversión con alegría. Esta última tiene que ver con plenitud; la diversión, con evasión y vacío del sentido”, concluyó Bravo.
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