
Ambas instituciones buscarán insertar en el mercado internacional esta iniciativa desarrollada en la Facultad de Ingeniería de nuestra Universidad.
Una tecnología altamente atractiva y con reales posibilidades de insertarse en el mercado internacional son las características de un robot creado en el Laboratorio de Tecnologías de la Información de la UCSC y que, gracias al financiamiento de Fondef, hoy está en etapa de estudio de negocio.
Las posibilidades de entrar al mercado son cada vez más cercanas para el proyecto “Robot para limpieza e inspección de balsas jaulas utilizadas en el cultivo de peces”, creado por Marcelo Carro, académico de la Facultad de Ingeniería UCSC. Tras cuatro años de trabajo, la iniciativa ahora cuenta con financiamiento del Programa de Valorización de Resultados de Investigación VRI de Fondef.
El primer paso para llegar a esta meta es el estudio de negocio. Para eso, la UCSC se unió a IncubaUC de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ayer, representantes de este organismo se reunieron con el académico Marcelo Carro y la Directora de Investigación UCSC, Mariella Gutiérrez.
El Broker Tecnológico de IncubaUC, Marcelo Díaz, describió de manera general cuál es la situación del mercado internacional en el área: “Hoy hay un tremendo ‘dolor’ en el mercado internacional sobre la limpieza de jaulas de salmón”. Ante lo cual, detalló, algunas empresas que les solicitan tecnología les han alertado sobre este problema que requieren resolver a la brevedad.
“Estamos buscando la mejor ‘aspirina’ para ese dolor y esta iniciativa podría serlo. Por eso, como incubadora nos involucramos y estamos dando esta mano a la UCSC, porque queremos conformar un ancla entre ambas universidades católicas para ayudar a la transferencia tecnología de esta tecnología aplicada”, manifestó el representante de IncubaUC. En este estudio de mercado previo, Incuba ayuda a obtener información primaria en empresas del sector acuícola con esta demanda.
Díaz precisó que existen empresas extranjeras que están intentando resolver el mismo problema con tecnologías similares. “(Aunque) creo que aquí existe una solución real para el problema y va muy bien encaminada”, dijo.
A su juicio, si se demuestra que el producto es comercialmente viable y que existen las competencias para desarrollarlo, podrá avanzar a la segunda etapa que implica conseguir un inversionista que resuelva el prototipo.
“Jamás hemos pensado que el mercado se limita a Chile. El mercado de este proyecto va directamente a Europa y Canadá”, enfatizó Marcelo Díaz, quien además recalcó como una tarea primordial la protección intelectual del producto.