La Eucaristía se celebró en el Campus San Andrés y en la sede del Instituto Tecnológico de Cañete, además de una reflexión en la sede Los Ángeles.
La tradicional misa de Jueves Santo, en que se recuerda la Última cena de Jesús con sus discípulos, se efectuó en la Universidad, no solo en el Campus San Andrés, sino también en la sede de Cañete y una reflexión en la sede Los Ángeles del Instituto Tecnológico. La actividad convocó a estudiantes, académicos y administrativos de la Casa de Estudios.
El Padre Víctor Álvarez, Director de Pastoral, presidió la misa, y en su homilía indicó que estos son días de reflexión, oportunidad para detenerse y entrar en los misterios de Cristo, especialmente en la noche de Jueves Santo, momento de angustia, en que Jesús sabía que uno de los suyos lo iba a traicionar, y que iba a entregar su propia vida para la salvación del mundo.
Los evangelistas Juan y Lucas, detalló, se acercan a ese misterio en sus evangelios, poniendo el foco en el lavado de pies y la eucaristía. La salud del cristiano, dijo, tiene dos pulmones: uno es el pulmón de la caridad y el otro, el pulmón de la eucaristía. El padre Víctor señaló que Cristo invita a reflexionar sobre el modo en que vivimos la vida, vida como donación. Cristo se dona en la comunión, cuyo pan es para compartir. Del mismo modo, la caridad implica una mirada más amplia, más allá del propio bienestar. La realidad actual, enfatizó, es desafiante, por ello, hay que pedir a Dios que oriente en el camino, comprendiendo que él es pan partido, para compartir la vida con los demás.
Posteriormente, el sacerdote procedió al tradicional lavado de pies, como signo de humildad y caridad, en Jueves Santo, un rito de profundo significado que refleja que Jesús rompió con orden establecido, donde no se está para ser servido, sino para servir.
El programa de Semana Santa se puede ver en este link.
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