En el Seminario de Actualización de la Ley 20606, el académico de la carrera de Nutrición, Rodrigo Buhring, se refirió a la realidad social del país y al aporte de la implementación de advertencias en el etiquetado.
Analizar la situación epidemiológica en Chile y la importancia del etiquetado nutricional de alimentos, fueron algunos de los objetivos planteados por la carrera de Nutrición y Dietética de la UCSC y que tuvo lugar en el Seminario de Actualización Ley 20606 sobre composición nutricional.
En la oportunidad, el académico de la carrera de la salud, Rodrigo Buhring, se refirió al escenario de la población chilena en materia de salud y nutrición, de acuerdo al Informe Chile Saludable 2016 que es elaborado por Fundación Chile, Elige Vivir Sano, Collect GfK y Fundación de la Familia.
De acuerdo a este reporte, la población del país se clasifica en cinco categorías: “esforzado” (24%), “motivado” (24%), “resignado” (20%), “indeciso” (16%) y “culposo” (16%). Es en el segmento de “motivados” y “esforzados” donde se registra mayor consumo de frutas y verduras, además este grupo define horarios de alimentación. También se especifica que el 46 por ciento de los chilenos acostumbra a picotear entre las comidas, mientras que sólo un 34 por ciento tiene el hábito de cenar en la noche.
El mismo informe reveló que las características que definen al consumidor son: la nutrición personalizada, la falta de tiempo, el placer de comer, la globalización y la información. Elementos que se unen a la tendencia de preferir alimentos bajos en calorías, económicos, nutritivos, saludable, de fácil preparación y mayor vida útil.
Al mismo tiempo, se repasaron las acciones que el Estado ha ejecutado para informar al consumidor sobre los componentes del alimento y que, tiene entre sus últimas medidas, la incorporación de sellos de advertencia en envases que contienen una alta concentración de energía, grasas saturadas, azúcares o sodio, todos ellos asociados a enfermedades crónicas no transmisibles, como sobre peso, obesidad, hipertensión, diabetes, etc.
Sobre lo anterior, Buhring aseguró que “los cambios han obligado a que la industria modifique sus productos entre un 60 a un 70 por ciento, reduciendo el sodio, las grasas y el azúcar. Sin embargo, el impacto de estas medidas dependen solamente del consumidor que es quien elige”.
En el seminario, que fue financiado por un Fondo de Apoyo a Seminarios de la Dirección de Extensión Académica y de Servicios, también abordó las propiedades nutricionales, información complementaria y directrices para la inspección y verificación del etiquetado.
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