El Diplomado en Salud Mental Infantil que dicta la Facultad de Medicina, ha reformulado sus contenidos con el fin de responder a un área que demanda profesionales especializados.
Las cifras son elocuentes y alarmantes. 185 niños han muerto desde el año 2005 a la fecha, mientras dependían del Servicio nacional de Menores Sename. Entre las causas, el suicidio es una de las que se repite. La gravedad de la información no solo abrió en debate en los organismos públicos, sino también en el ámbito profesional, reiterando el llamado a contar con especialistas para la atención de los niños.
Silvia Valenzuela, psicóloga y Directora del Diplomado en salud mental Infantil que dicta la Facultad de Medicina de la UCSC – y que este viernes entrega los certificados a la tercera generación de profesionales-, señala que actualmente hay una carencia de formación en el área, lo que hace difícil que los niños tengan una adecuada atención, desde el diagnóstico hasta el tratamiento en diversas materias, incluso farmacológica.
Muchos profesionales, explica, trabajan con niños sin tener la especialización necesaria, como materias de entrevista, evaluación simbólica, resignificación o de entender correctamente las herramientas lúdicas de intervención. “A veces se comete el error de atender a un niño como se atiende a un adulto” dice la psicóloga, detallando que en ocasiones faltan elementos tan básicos un box acondicionado. Esa inexperiencia, agrega, puede provocar más daño, o simplemente no avanzar en una intervención.
Requerimientos
A juicio de Silvia Valenzuela, un especialista requiere de modo esencial, conocer más técnicas de abordaje, como técnicas proyectivas y gráficas. Por ejemplo, saber interpretar un dibujo, el trabajo con bandeja de arena -usada en diagnóstico y en tratamiento para que el niño elabore un mundo con distintos elementos-, “y no deberían aplicarse entrevistas clínicas tal como se aplican a un adulto -con preguntas como «cuéntame que te paso» qué te hicieron»-, o querer saber lo que no es necesario saber: en materias como maltrato o abuso, a veces no es tan relevante que el terapeuta consulte qué es lo que pasó, sino lo importante es que trabaje con el trauma, y la resignificación y elaboración de ello.
Por otra parte, agrega, ha habido un aumento de psicopatologías en la población infantil, siendo los trastornos ansiosos los más prevalentes. La mayoría tienen causas biospicosociales: hay una parte genética, muy potente, otra área que está relacionada a los recursos que cada uno de los niños tiene, y otra parte se vincula al ambiente, la familia y la escuela. Algunos hábitos actuales, dice la psicóloga, han hecho que los niños cuenten con menos recursos personales que antes: el pasar más tiempo ante el televisor los priva de mayor interacción social, en algunos casos están más infantilizados, o menos acompañados por las familias, y tienen menos tolerancia al fracaso.
“La intervención se debe hacer en gran parte junto con las familias, que son parte importante del tratamiento. No obstante, el acceso es difícil: hay un déficit de psiquiatras infanto-juveniles, hay psicólogos en atención primaria, pero no con suficiente formación en área, y sin el espacio y tiempo adecuados para los niños.
Respondiendo a este contexto, el Diplomado en Salud Mental Infantil fue reformulado, y cuenta con módulos formativos en neurología, trastornos psiquiátricos y maltrato infantil y abuso. Las postulaciones se encuentran abiertas para el programa que iniciará clases el 19 de agosto próximo. Consultas en los siguientes contactos: Silvia Valenzuela, Directora del programa, mail svalenzuela@ucsc.cl; y secretaría, fmedicina@ucsc.cl, teléfono 41-2345444.