Monseñor Fernando Chomali fue el encargado de dictar la Clase Inaugural de la Facultad de Medicina, instancia en que expuso “Reflexiones sobre la Conciencia Humana”.
“Subyace una visión del hombre cuando se observa que hay enfermos que nunca llegarán a ser pacientes”. De esta manera, Monseñor Fernando Chomali, Gran Canciller de la UCSC, inició su intervención al dictar la Clase Inaugural de la Facultad de Medicina, efectuada en el Centro de Extensión de la Universidad.
La actividad contó con la bienvenida del Decano, Marcelo Lagos, quien recalcó la importancia del diálogo de la iglesia con el mundo universitario y de la cultura, “sobre todo hoy en que el desarrollo de las políticas públicas discuten sobre temas que discuten sobre el concepto de la persona humana”.
Estudiantes de las cinco carreras de la salud que dicta la Facultad, junto a académicos y las máximas autoridades de la Universidad, atendieron al llamado que hizo Monseñor Chomali, también Arzobispo de Concepción, en su conferencia “Reflexiones sobre la Conciencia Humana”.
Indicando las diferencias que existen a nivel mundial en relación a ingresos per cápita, tasa de mortalidad infantil, o número de médicos por habitantes, graficó las realidades dispares, que también puede encontrarse dentro de Chile, y que afectan a las comunas más pobres o alejadas. “No hay una estructura hospitalaria que los acoja” declaró.
Monseñor criticó que actualmente, así como muchos enfermos nunca verán un médico, muchos pacientes que asisten a centros de salud no están enfermos, y el sistema lleva a cabo acciones que no se pueden denominar ni práctica médica, ni terapéutica. Por eso, señaló es importante recordar el rol que tienen los médicos al enfrentar la disparidad de la población en su acceso a la salud.
“La formación de una conciencia justa es hoy imperiosa” enfatizó Chomali, haciendo referencia a que los marcos legales no siempre son coherentes con los deberes morales. La formación de esta conciencia, dijo, pasa por comprender que se es parte de una humanidad, una comunidad, y que cada acción individual repercute en los demás. En este contexto, recalcó que “a nadie se le puede obligar a hacer algo en contra de su conciencia”.