Académica de FACEA reivindica el uso de fuentes energéticas renovables no convencionales como el sol, el viento y la misma tierra.
Según el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, más del 80% de la energía que utilizan los hogares y empresas de todo el mundo es producida a partir de combustibles fósiles como el petróleo y sus derivados (34%), el carbón (28%) y el gas natural (22%).
En tanto que las energías renovables no convencionales (ERNC), o energías limpias, abarcan tan sólo el 12% de la demanda global de energía. Dichos porcentajes muestran la necesidad de que se invierta en ERNC, considerando “el bajo o nulo impacto negativo en el ambiente en términos de contaminación o residuos”, según comenta la profesora Nélyda Campos.
La académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas busca así reivindicar el uso de las ERNC, las que se ejemplifican en la energía eólica, solar, hidroeléctrica y geotérmica, entre otras.
Respecto de los beneficios las ERNC, Nélyda Campos explica que estos son altos, “ya que este tipo de energía es amigable con el medio ambiente, haciendo que su producción y uso produzcan bajas o nulas externalidades negativas”.
La académica explicó que hasta hace unos años producir ERNC era caro y que eso limitaba la inversión privada o pública “no obstante en los últimos años hemos sido testigos de una importante reducción de ellos, haciéndolas ahora alternativas viables de implementar en el país”.