La Facultad de Educación de la UCSC trabaja en conjunto con colegios de la zona con el fin dotar a los estudiantes de herramientas de pensamiento crítico para que reflexionen sobre su propio comportamiento y se autorregulen.
La violencia dentro del contexto de establecimientos educacionales, tanto entre estudiantes, y sobre todo hacia profesores y funcionarios, ha ido en aumento durante el último año, motivando incluso que se haya aprobado nuevas sanciones en caso de ocurrencia de estas agresiones.
No obstante, expertos coinciden en que lo normativo no es la solución ya que no se enfrenta el origen del problema ya que la habilidad de las personas para vulnerar la regla es ilimitada y si se tipificar cada conducta antisocial, buscando una sanción que la corrija, la tarea no tendría fin.
Entonces, se postula como solución el pasar de un modelo normativo a un formativo, el que, si bien es “más lento y más trabajoso, a mediano plazo los resultados son más alentadores”, asegura Sergio Gatica, académico de la UCSC y uno de los encargados del área de Convivencia Escolar, la que es parte de la Red de Colaboración de la Universidad en conjunto con establecimientos educacionales del Gran Concepción.
“Las escuelas que pasaron del modelo normativo al formativo pueden mostrar dos cosas valiosas; en primer lugar, mejores indicadores de salud mental en alumnos, profesores y directivos, y, en segundo lugar, mejores resultados de aprendizaje”, comentó el académico.
Gatica comenta que dentro de la Red se hicieron preguntas como ¿qué está causando los problemas de convivencia? ¿Qué factores los alimentan? ¿Cómo cortamos el círculo vicioso? Para enfrentar este tema, se han realizado reuniones con los equipos de trabajo que componen los encargados de convivencia escolar de cada colegio, además de capacitaciones, espacios de diálogo y para compartir experiencias, sistematización de buenas prácticas y una jornada de convivencia con niños de dos escuelas en la misma UCSC.
“En lo medular, hemos intentado instalar un discurso y una lógica de análisis conjunto sobre las situaciones de conflicto”, comentó Sergio Gatica, agregando que “el objetivo es dotar a las personas de herramientas de pensamiento crítico para que reflexionen sobre su propio comportamiento y se autorregulen”.
Un punto que deja claro el académico es que los efectos de este trabajo “no pueden ser inmediatos” y que tampoco tienen un efecto correctivo sobre las conductas no adaptadas de los estudiantes. Están, eso sí, empeñados en mostrar una nueva forma de afrontar los problemas de convivencia escolar, analizando las situaciones de conflicto, evaluando las herramientas actuales para abordar los problemas, revisando medidas correctivas como las anotaciones negativas, las entrevistas con el apoderado, la expulsión de la sala de clase y otras en la misma línea ya que definitivamente no tienen efecto en los alumnos con dificultades en su autorregulación.