Este proyecto de la académica Loreto Muñoz, que estimula el proceso de escritura en los niños de primero básico, tiene aprobada la solicitud de patente en Anapi.

Este proyecto de la académica Loreto Muñoz, que estimula el proceso de escritura en los niños de primero básico, tiene aprobada la solicitud de patente en Anapi.
La expresión de los niños lo decía todo: tomar una de esas pequeñas pizarras, ajustada a su medida, era como comenzar un juego. Bastaba un lápiz, y seguir las guías de colores de ese panel pensado especialmente para ellos, y con sonrisas, mostraban todo lo que escribían en ellas. Una de las frases decía “Gracias Rosita”.
Esa fue la forma de celebrar el primer año del proyecto “Pizarras amistosas con la escritura”, iniciativa de la profesora de Educación de Párvulos de la UCSC, Loreto Muñoz, quien se adjudicó un fondo de JumpChile Innova, para llevar a cabo esta herramienta educativa, que aplica en dos colegios de la zona: la Escuela Lautaro de Nonguén y Escuela Villamávida de Florida.
La académica, que personifica a “Rosita”, una niña que también quiere aprender a escribir como los escolares de primero básico donde están trabajando con las pizarras, elaboró esta iniciativa que facilita que los niños aprendan escritura a través de cuatro tipos de pizarra, que constituyen cuatro etapas de aprendizaje.
Tras un año de ejecución, Loreto Muñoz no sólo ha podido observar positivos efectos en la estimulación por la escritura y buenos resultados en esta habilidad, también acaba de obtener la aprobación a la solicitud de patente de la pizarra ante INAPI.