Hecho fue calificado como un gravísimo atentado a la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales, más allá de cualquier concepción religiosa.
El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile dio a conocer una declaración respecto de la aprobación de norma por parte de la Convención Constitucional que establece que el Estado debe asegurar a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, entre otras cosas, “las condiciones para (…) una interrupción voluntaria del embarazo”.
De este modo, el texto califica el hecho como “un gravísimo atentado a la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales, más allá de cualquier concepción religiosa” y destaca que, además, no se establecen condicionamientos ni limitaciones a este derecho, ni se da un mandato al legislador para que lo regule por una ley, con lo cual queda abierto el camino para permitir el aborto a todo evento.
Asimismo, el Comité sostiene que la Convención afirma un derecho a decidir en forma libre y autónoma sobre el propio cuerpo, pero olvida y silencia del todo que en el vientre de quien está embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano, que para quienes aprobaron la norma simplemente no existe.
La declaración finaliza lamentando el que la mayoría de los convencionales opten por polarizar el proceso constitucional con un tema tan significativo, en vez de ofrecer una propuesta en la que la mayor parte de los chilenos puedan reconocerse, más allá de las legítimas diferencias, en torno a un proyecto compartido.
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