
A no excusar el fracaso y a aprender de las dificultades instó el periodista a nuestros estudiantes a partir de su charla “Renovarse o morir. El emprendimiento como clave para revitalizar el Periodismo”.
Disléxico, disgráfico, zurdo, miope e hijo del Ritalín… pero exitoso. Así se define el periodista Matías del Río, quien en la Clase Inaugural de la Escuela de Periodismo nos contó los detalles de su trayectoria profesional. En un repleto Auditorio Santa Teresa de Jesús, de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales, el rostro de “Última Mirada” y “Tolerancia Cero” se confesó con la ciudad con la que siente proximidad familiar.
“El fracaso siempre tiene un montón de justificaciones, pero yo decidí construir mi felicidad a pesar de lo limitado que soy. Me aburrí de esperar un cupo, como cuando mis compañeros postularon a la universidad y yo obligado me fui a una privada. Mi papá tenía plata, pero yo no tenía mérito propio”, confidenció el profesional a los más de 200 asistentes a la actividad. Un duro testimonio si se considera la sólida imagen que del Río –que recibió aplausos cerrados en San Andrés- proyecta en pantalla.
Pero el razonamiento del periodista no consistió sólo en detallar sus vivencias, sino que en extrapolarlas al centro de su charla “Renovarse o morir: El emprendimiento como clave para revitalizar el Periodismo” y a partir de eso detallar a los estudiantes de la carrera que emprender es una forma de mirar la vida con decisión, que inevitablemente les abrirá la puerta para ser exitosos en lo personal y profesional. Él mismo es ejemplo de que la fórmula sí resulta, porque del Río sabe de triunfos y fracasos, y los expone sin pudor.
“La única diferencia entre nosotros y alguien que usa silla de ruedas, es que a nosotros no se nos ve”, remató el periodista, quien volvió a Santiago con un ejemplar de “Hijos del Biobío” bajo el brazo, entregado por la Directora María del Carmen Lavín como recuerdo de su paso por nuestra Universidad.