Monseñor Fernando Chomali se reunió con los académicos de la Facultad de Medicina para reflexionar en torno a la formación de los futuros profesionales de la salud.
Monseñor Fernando Chomali se reunió con los académicos de la Facultad de Medicina para reflexionar en torno a la formación de los futuros profesionales de la salud.
Formar personas agradecidas, orientadas al servicio y que reflexionen sobre el sentido humano de su profesión, fue parte de los ejes del diálogo que sostuvo el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, con el equipo académico de la Facultad de Medicina.
El Gran Canciller de la UCSC se reunió con los profesores en el Auditorio San Lucas de la Facultad, donde expuso su pensamiento sobre factores presentes en el sociedad actual, y cómo deben enfrentarse desde la Universidad Católica, particularmente desde el área de formación de profesionales de la salud.
Monseñor señaló que dada la priorización que se da al pensamiento, creencia o sentimiento individual, es necesario inculcar la búsqueda de la verdad, como también el reconocer que el hombre es una “creatura” de Dios, que es vulnerable y que necesita ayuda.
“Hay una exacerbada creencia en la ciencia como cuna de los cambios, y no en la sabiduría y la paciencia” declaró el Arzobispo, agregando que además el sentido del trabajo se ha deshumanizado. Hoy la preocupación está centrada en la remuneración, mientras las relaciones fraternas se van perdiendo.
Por otra parte, añadió, “quien es incapaz de acercarse al sufrimiento no ha aprendido nada de lo que significa vivir”, en referencia a cómo actualmente el hombre evita temas como la muerte y el dolor. “Vivir con la certeza de que se va a morir es distinto a vivir con la creencia de que se es inmortal” explicó.
En este marco, Monseñor enfatizó la necesidad de fortalecer los lazos fraternos y la misericordia, nuevo trato que exige el tiempo actual y especialmente a los creyentes en la fe católica. “la diferencia entre una escuela y otra estará en humanizar” materia en la que es clave fortalecer la relación médico-paciente, con una mística de servicio y entrega.