Ingeniero de la UCSC se especializa en tsunamis con expertos japoneses

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Las actividades realizadas en Sendai incluyen también visitas a los lugares afectados por el tsunami en la costa este de Japón, tales como Kamaishi, Ofunato, Onagawua y Matsushima.

Rafael Aránguiz, académico penquista, detalla desde Japón el trabajo que realiza por un plazo de cuatro años para manejar todos los detalles involucrados en un evento telúrico.

La actuación nacional del domingo, luego del terremoto de 6.8 grados Richter con epicentro 24 kilómetros al noroeste de Constitución, evidenció que en Chile la cultura reactiva frente a un eventual tsunami es aún insuficiente. Aunque no somos novatos en el tema, en menos de 180 minutos, la Onemi decretó alerta preventiva de tsunami para luego levantar la alarma y retomarla otra vez en Maule. Más de siete mil personas subieron y bajaron cerros en el intertanto, con el espanto que eso significó.

Pero en Concepción se está trabajando. Particularmente, Rafael Aránguiz Muñoz, académico de la Facultad de Ingeniería de la UCSC, es quien espera adelantarse a una eventual catástrofe. Es que mejorar el sistema de alerta de tsunamis es sólo una de las tareas que se impuso como fin este Master of Science en Ingeniería Costera por la Universidad Técnica de Dinamarca. Con apenas 33 años, el Ingeniero Civil participa activamente del proyecto de investigación que realizan en conjunto Chile y Japón para elaborar mecanismos que permitan desarrollar comunidades capaces de enfrentar de la mejor manera este tipo de desastres.

Para Rafael serán cuatro años de investigación los que permitirán concretar un sistema que parece complejo, pero que en el fondo es capaz de entregar las consecuencias concretas que provoque un evento sísmico en el mar apenas ocurrido, sencillamente a partir de la localización de la base de datos respectiva, que combina elementos como magnitud, lugar de ocurrencia, duración, etc. Ese material se traduce en el conocimiento previo de las implicancias de un eventual tsunami.
El trabajo no es poco para desarrollar tales herramientas. Según detalla Aránguiz desde Japón, de partida es necesario medir las características del fondo marino para comprender de mejor manera el comportamiento de los tsunamis en las costas de Chile, con el fin de “adelantarse y saber qué pasaría con un tsunami en un determinado lugar, por ejemplo en Talcahuano o Iquique. Esto permitiría a las autoridades locales tomar medidas de mitigación antes de que el evento ocurra y, una vez que se concrete, tomar decisiones más focalizadas en las zonas que serían realmente afectadas”.

Pero, ¿es posible materializar este “salvavidas” maravilla? Aránguiz es enfático al contestar afirmativamente. “A partir de la validación y calibración de modelos numéricos, puede modelarse un evento extremo en el norte de Chile, en este caso. Esta “proyección” nos permite recopilar estándares que permitan crear mapas de inundación. Otra consecuencia es mejorar el sistema de alerta de tsunamis a partir del trabajo de la información”, explica.

Pero el especialista no se queda en la teoría, sino que apunta derechamente a la práctica: el proyecto considera la educación en las escuelas y también planes para recuperación temprana de puertos para ser usados como medios de comunicación en desastres. “Los investigadores chilenos también queremos que esto se mantenga en el tiempo y continuar mejorando la información existente en cuanto a topografías y batimetrías (medición de las características del fondo marino) para modelaciones y mapas de inundación y actualizaciones de las mismas, es decir, mejorar los modelos y la información”, asevera con convicción.

Su permanencia en Japón se prolongará hasta fines de abril pues, además de participar del “Simposio Internacional sobre reducción de desastres por sismos y tsunamis” realizado en la ciudad de Sendai, está realizando una pasantía en la Universidad de Waseda, que se prolongará por cuatro semanas y le permitirá acceder a material importante para su tesis doctoral. El objetivo principal del encuentro es compartir experiencias y lecciones emanadas del último gran sismo y tsunami de Japón, además de las experiencias de países como Chile, Perú, Indonesia y Filipinas.