Los académicos Karla Pozo, Anny Rudolph y Ramón Ahumada integran el proyecto.
Los académicos Karla Pozo, Anny Rudolph y Ramón Ahumada integran el proyecto.
Uno de los residuos de la actividad industrial son los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), altamente nocivos por su toxicidad, persistencia y bioacumulación en las personas y la fauna. En este contexto se inserta el proyecto “Dinámica del intercambio entre aire-agua y sedimento-agua de los Compuestos Orgánicos Persistentes (COPs): ¿Cuál es el rol de la Bahía Concepción en la distribución local y regional de los COPs en Chile Central?”, iniciativa que el Fondecyt 2013 adjudicó a los académicos Karla Pozo, Anny Rudolph y Ramón Ahumada, junto al investigador del Centro EULA-Chile de la UdeC Ricardo Barra.
El proyecto -que dirige Pozo, exalumna de la Facultad de Ciencias y profesora invitada de la UCSC como investigadora asociada- busca indagar sobre los factores exógenos que pueden influir en la distribución y el destino de los COPs a escala local y regional en la zona costera central del país, donde la Bahía Concepción presenta índices considerables de contaminación por hidrocarburos aromáticos policíclicos, además de ser afectada por las entradas de residuos de productos químicos.
“Queremos saber que lo que estamos consumiendo como alimentos no tenga compuestos tóxicos de este tipo y también cuál es el nivel de esos compuestos que se está acumulando en lugares importantes, como la Bahía Concepción para nosotros, y la zona de fiordos en la Región de Aysén”, explica Rudolph. “Estamos suponiendo que el lugar donde habría menor cantidad de COPs serían los fiordos y mayor en la Bahía, entonces compararemos ambas áreas, y desde ahí proyectarlo al concierto global”, agrega.
“Nos interesa que Chile cumpla con el Convenio de Estocolmo respecto de los COPs”, señala la académica, respecto del compromiso que asumió el país en 2003 en cuanto a reducir las emisiones de estas sustancias, firma que fue ratificada en 2005, insertándose en la preocupación mundial actual sobre esta problemática ambiental.
La iniciativa se desarrollará durante tres años con una inversión de 128 millones de pesos, y en ella prestan colaboración internacional el Departamento de Química Ambiental de España, el Servicio Metereológico del Medioambiente de Canadá y el Centro de Investigación para los Componentes Tóxicos en el Medioambiente de la República Checa.