En Chile la inactividad física es de entre 89% y 93%, situación que no sólo ocurre en adultos, sino también en jóvenes.
Diversas investigaciones dan cuenta de que la práctica regular de actividad física está asociada consistentemente con diversos beneficios, que van desde físicos a psicológicos, cognitivos, sociales y emocionales, desempeñando un rol protagónico en la prevención de algunas enfermedades crónicas no transmisibles. Sin embargo, la realidad chilena resulta preocupante, dado que la inactividad física fluctúa entre 89% y 93%, situación que se presenta no sólo en adultos, sino que también en jóvenes.
Así lo afirma la académica de la Facultad de Educación de la UCSC, Dra. Fabiola Sáez, quien participó como coautora del estudio “Variables sociocognitivas y su relación con la actividad física en estudiantes universitarios chilenos”, publicada en la revista especializada “Retos”, de la Federación Española de Docentes de Educación Física, e indexada en Scopus. En la investigación, que lideró el Mg. Javier Mella, de la Universidad de Concepción, participó la Dra. Gabriela Nazar, el Dr. Claudio Bustos y la Dra. Rubia Cobo, de la misma institución; y la Dra. (c) Yaranay López de la Universidad Santo Tomás.
La investigación, en la que colaboraron 362 estudiantes de Educación Superior, tuvo como objetivo analizar la relación entre el autoconcepto físico, motivación, autoeficacia y percepción de barreras para la actividad física, y el bienestar subjetivo, con el nivel de actividad física en estudiantes universitarios.
Entre los principales resultados obtenidos está que “la autoeficacia para la práctica de actividad física, la falta de tiempo, falta de voluntad, falta de habilidad, el autoconcepto de condición física y el autoconcepto físico de fuerza, predijeron significativamente el nivel de práctica de actividad física. Además, se determinó que el nivel de actividad física media la relación entre las variables sociocognitivas y la afectividad positiva”, señala la investigadora de la UCSC, quien es profesora de Educación Física y Doctora en Psicología.
Variables sociocognitivas
Las variables sociocognitivas (VSC) del cambio conductual en salud relacionadas a la actividad física (AF) con evidencia teórica y empírica corresponde a la motivación, la autoeficacia, el autoconcepto, y percepción de la AF. Esta última, en tanto, influye en el bienestar subjetivo de los estudiantes.
En esta línea, la Dra. Fabiola Sáez explica que en Chile, así como a nivel mundial, existe una situación epidemiológica con predominio de enfermedades crónicas no transmisibles, que ha sido asociado, entre otros factores, a la falta de actividad física.
“En la juventud, y particularmente la etapa universitaria, los jóvenes no cumplen con las recomendaciones de niveles de práctica de AF. La adopción de comportamientos de salud inadecuados, frecuentemente demostrados en reducidos niveles de AF, definen la llamada transición de la enseñanza media a la universidad. Los estudiantes universitarios, como potenciales adultos profesionales y padres, son particularmente vulnerables a hábitos inadecuados de salud. Por lo tanto, son un grupo poblacional (adulto-joven) clave, para la estimulación de actividades de promoción y prevención en salud”, sostiene la académica de la UCSC.
Tanto los beneficios asociados a la AF como el hecho de que los estudiantes universitarios son considerados una población clave para la promoción de ésta, debido a que están en un período crítico y vulnerable de cambio de peso corporal y adopción de un estilo de vida, fueron los factores que impulsaron a los investigadores a estudiar este tema. En el estudio se argumenta que, si bien, los factores que influyen en los niveles de AF son muchos, es necesario identificar aquellos que pueden ser modificables, entre los que están las variables sociocognitivas.
“El estudio concluye señalando que las VSC influyen en los niveles de AF de estudiantes universitarios y esta última influye en su bienestar. Se considera un aporte al poner a disposición un estudio sobre variables claves relacionadas a la práctica de AF y un insumo importante para desarrolladores de programas que buscan mejorar los niveles de AF en esta etapa clave para el establecimiento de conductas de salud. Se recomienda, además, el diseño de estos programas integrados idealmente al currículo de las carreras”, asegura la Dra. Fabiola Sáez.