Acompañados de familiares, compañeros y amigos, integrantes de nuestra Comunidad Universitaria recibieron la Primera Comunión y Confirmación en la Misa de Recepción de Sacramentos.
El Gimnasio B del Campus San Andrés, protagonista de tantos eventos deportivos, se colmó este sábado de un espíritu distinto, aquél que se refleja en los rostros de quienes reciben a Cristo.
Ese día se efectuó la Misa de Recepción de Sacramentos, presidida por Monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, y concelebrada por el Padre Cecilio de Miguel, director de Pastoral.
52 estudiantes y dos funcionarios recibieron la Confirmación, y 13 de ellos también la Primera Comunión, en una Ceremonia Eucarística que es preparada cada año por la Dirección de Pastoral, que en los meses previos, a través de la Catequesis, reúne a miembros de la Comunidad Universitaria que, muchas veces motivados por el testimonio y ejemplo de sus compañeros, deciden recibir a Jesús en sus vidas y comprometerse activamente con la Iglesia.
“¿Qué es lo sorprendente de este hecho que pudiera parecer habitual y perfectamente predecible?, se preguntó el Rector, Dr. Juan Miguel Cancino, frente a ese significativo acontecimiento. “No deja de sorprenderme el evidente cambio que puedo ver en los estudiantes, académicos o funcionarios de la UCSC que conozco personalmente. Se ven muy diferentes, algo hay en su rostro y en su actitud corporal que nunca vi. Además, no deja de maravillarme lo que sucede en el momento mismo en que cada uno recibe el Sacramento”.
“Es un verdadero regalo ver la cara de expectación con que se llega a recibir el Sacramento respectivo; pero, por sobre todo, ¡qué regalo ver esa sonrisa verdaderamente admirable y el rostro radiante con que regresan! Ese cambio que nace del alma en el momento mismo en que Dios ingresa a ese templo que por meses se preparó para ello”, agregó.
El Dr. Cancino, en sus palabras, también invocó a María Santísima, patrona de la Universidad, “para que por su intercesión sean muchos más los que año tras año descubran este tesoro y nos regalen, desde un rostro radiante, esa admirable sonrisa que Dios les hará brotar desde el alma. Será un regalo para ellos, su familia y la UCSC toda. ¡Qué regalo, en tiempo de Adviento y en el Mes de María!”.