En el Día Internacional de la mujer, rescatamos el quehacer de cuatro integrantes de nuestra Familia Universitaria que tienen algo que contar respecto de cómo lo hacen a diario para marcar la diferencia.
Son 400 en la institución. Y se nota. Porque cada una de las mujeres que desempeña labores en la Universidad hace que su trabajo posea un toque especial. Desde el trato hacia los estudiantes, hasta voluntad a la hora de tomar decisiones fundamentales, dan todo de sí. ¿Alguna duda? Porque ellas mismas nos cuentan cómo.
“Pasa que el otro es igual a ti aunque sus tiempos en la vida sean distintos”, asegura Carolina Piderit, Secretaria Académica de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales. La abogada, casada hace 25 años y madre de cinco hijos, se caracteriza justamente por el don de la proximidad que la hace querida por colegas y estudiantes. Cálida, de voz profunda e ideas claras, la académica no titubea frente a los casos serios, pero con un estilo tan empático, que es capaz de desarmar a cualquiera. Y pareciera que no se da cuenta de eso, porque para ella es lo natural ponerse en el lugar del otro.
“Cuando a uno el trabajo le ha dado tanto como a mí, lo disfruta más todavía”, comenta Ana Placencia, auxiliar del sector de laboratorios de Informática del Campus San Andrés, en referencia al apoyo brindado por la Universidad para superar los problemas de salud que afectaron a su hija desde el momento de nacer. Ligada hace un cuarto de siglo a la institución, confidencia que tiene una cantidad inagotable de sobrinos, “han llegado a profesores y me siguen diciendo tía”, cuenta con la misma sonrisa que se ha adjudicado el afecto de su entorno.
Para Mariela Ocampo, secretaria de la Dirección de Docencia, ser atenta con cada uno de los visitantes de esa unidad es fundamental. “Trabajo con tranquilidad, interactuando a diario con muchos docentes y alumnos y me dan ganas de levantarme para venir a trabajar”, comenta esta madre de dos hijos (“uno en el cielo y otro con nosotros”, dice francamente) que proyecta ese ánimo en su desempeño y en la evidente relación amable al interior de su equipo de trabajo.
Quien coincide con todas las demás entrevistadas es Susana Bucarey, Directora de Servicios al Personal. “Como todo en la vida, el trabajo lo hago con amor”, explica quien en lo concreto debe estar al tanto de otras 890 personas y sus necesidades, a diario. Lo suyo es marcar la diferencia, que nadie reciba respuestas ambiguas de la unidad que dirige, sino que se le preste atención y dedicación a cada caso. Susana Bucarey se confiesa vocacional. En el trabajo y también puertas adentro, donde junto a su marido se dedica al 100% a sus cuatro hijos. Con amor, como todo en la vida.