Efectos sociales de los discursos son tema central en charla de Periodismo

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Académico de la Universidad de Bucaramanga analizó la configuración del espacio de lo sagrado en las últimas décadas.

“La violencia es también un problema de representaciones colectivas, de imaginarios sociales que se apoyan en la necesidad de simbolización de los grupos sociales, los cuales no son otra cosa que una producción colectiva de sentido imprescindible en la vida social y que interviene, en las prácticas sociales bajo la forma de significaciones y de movilización afectiva que induce a la acción”.

Haciendo referencia a estas palabras de Elsa Blair, el profesor titular del programa de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Colombia, Roberto Sancho, dio inicio a la charla “Lo sacro y lo secular en la era digital”, actividad organizada por el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la UCSC.

El académico estructuró su exposición dividiéndola en tres épocas. La primera de ellas llevó por nombre “Años 60-70: Guerreros-Santos e Ideologías”, sobre la que Sancho comentó “las diversas ideologías de este periodo tuvieron una centralidad social muy importante. Muchos jóvenes, al igual como ocurre con la Biblia, explicaron la vida a partir de ellas. La absolutización de los principios políticos convierte a la política en un acto trascendente y ésta ocupa las estructuras sicológicas talladas durante largos siglos por la religión”.

La segunda época abordada fue “Años 80-90: Benditos y Adorados Mi-Dios de Comunicación”. En relación a este periodo, el académico agregó “los jóvenes tienen de referencia a quienes salen en los medios de comunicación, los que se apropian del espacio mítico sagrado de los ciudadanos, que en otras épocas ocuparon la Iglesia, el estado o las ideologías”.

“Primeras Décadas Siglo XXI: Los Valores Enredados en la Red” fue el nombre del tercer periodo al que hizo referencia Sancho y sobre el que sostuvo que “Los discursos conllevan formas de representar el mundo, valores e ideologías que determinan la forma como los individuos se constituyen colectivamente”.

“En el mundo virtual hay una falsa idea de la libertad sin límites, que implica decir lo que se piensa sin medir las consecuencias, pues permite esconderse en el anonimato. No se tiene en cuenta al otro ni se puede calcular el efecto de lo enunciado”, concluyó el docente.