Seminario “Nuevas propuestas para educar la Religiosidad” permitió reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que tiene hoy la enseñanza de religión en el país, a partir de investigaciones en el área.
Profesores de religión y académicos formadores de docentes en el área se reunieron en la UCSC a reflexionar sobre los desafíos del profesor de religión en Chile en el seminario “Nuevas propuestas para educar la Religiosidad”, realizado gracias al Fondo de Apoyo a Seminarios de la Dirección de Extensión Académica y Servicios.
La actividad contó con la presencia de Monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción, quien analizó la realidad actual de la enseñanza de religión en Chile. Además, se presentaron diferentes investigaciones en el área a cargo de los académicos Dr. Francisco Vargas y la Dra. Loreto Moya, de la PUCV; Miguel Ángel González, de la UCM; la Dra. Jéssica Navarro y el Mg. Efraín Sáez, de la UCT; y el Mg. Javier Espinoza y la Dra. Alejandra Nocetti, de la UCSC. Además se contó con la presencia de Daniel Morales y Mirko Muena, profesionales pertenecientes al equipo gestor de los nuevos programas, quienes mostraron el proceso que se esta desarrollando y los principales cambios en el curriculum para la clase de religión en Chile.
“Creo que ha salido muy bien, los profesores tuvieron la oportunidad de expresar aquellos sentimientos y pensamientos, referentes a diferentes temáticas propuestas en los talleres y en las exposiciones de nuestros invitados”, comentó el académico Javier Espinoza, uno de los organizadores del evento.
Espinoza también se refirió a la importancia de la actividad, considerando los últimos hechos y escándalos que han manchado al mundo católico y evangélico en el país, “Todo lo que ha pasado afecta a la percepción sobre lo que se hace en la clase de religión, pero a la vez es esperanzador porque nos impulsa a cambiar, modificar y mejorar, y eso es lo que estamos haciendo precisamente hoy”, aseguró el docente de la Facultad de Educación de la UCSC.
Javier Espinoza agregó que todo esto pone como desafío “centrarnos en la persona, en sus vivencias y experiencias. Esto va más allá de una doctrina, va en como miramos al ser humano, como educamos ese aspecto religioso y espiritual desde un enfoque antropológico cristiano”.
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