Centro Regional de Estudios Ambientales inauguró en Ñipas programa que busca mejorar la competitividad de productores de vino de Coelemu, Portezuelo y Ránquil.
La Plaza Estación de la localidad de Ñipas, comuna de Ránquil, fue el lugar elegido para el lanzamiento del “Nodo Itata Vitivinícola”, proyecto ejecutado por el Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la UCSC y que tiene como objetivo apoyar a un grupo de pequeños productores vitivinícolas perteneciente a tres comunas del Valle del Itata (Coelemu, Portezuelo y Ránquil), en el desarrollo de una nueva oferta de productos, bajo condiciones de sustentabilidad.
La iniciativa corresponde al programa Nodos de Corfo, que tiene como orientación mejorar la competitividad y promover el trabajo colaborativo entre los empresarios participantes, de tal manera que puedan fortalecer su desarrollo comercial, mejorando la calidad y pertinencia de su oferta de productos. Este programa es financiado por el Comité de Desarrollo Productivo Biobío, organismo que integra el accionar de Corfo, Innova Bío Bío y Sercotec en la región. Tendrá una duración de 12 meses, con una renovación de 12 meses más.
El trabajo de CREA UCSC considera a 20 MYPES y emprendedores vinculados al rubro vitivinícola del territorio de rezago Valle del Itata, de las comunas de Ránquil, Coelemu y Portezuelo, a quienes se aplicarán instrumentos y desarrollarán actividades orientadas a identificar las brechas que les impiden acceder u ofrecer productos apropiados al nicho de clientes que buscan vinos personalizados y previamente caracterizado.
“Para nosotros, como Centro y Universidad, es importante poder aportar en esta zona donde hay mucho potencial, pero falta un empujón para que la gente pueda mejorar su calidad de vida, a través de actividades propias de sus costumbres y su tierra, desarrollarlas y llevarlas a cabo de la mejor manera para posicionarse”, señaló Róbinson Sáez, jefe de proyectos de CREA.
Las brechas serán abordadas mediante el desarrollo de un plan de fortalecimiento que incluirá actividades de capacitación, gira tecnológica y asesoría personalizada en temáticas de manejo predial y procesos de vinificación bajo Código Nacional de Sustentabilidad, muestras vitivinícolas, mesas de negocios, entre otras.
“Existen en la zona tres cepas características: país, moscatel de Alejandría y cinsault, siendo uno de los principales productores del país e incluso mundial, en el caso del cinsault. La idea del proyecto es mantener el producto que se viene desarrollando con tecnologías tradicionales, pero enfocarlos en productos comerciales con estilos definidos”, advierte Víctor Vargas, enólogo del proyecto.
La actividad de apertura contó con una muestra de los productores que serán parte del proyecto, entre quienes se promoverá el desarrollo de convenios de colaboración con proveedores, que les permitan superar en conjunto aquellas brechas que difícilmente podrían superar individualmente, tales como: la carencia de espacio físico o plataforma virtual para encontrarse con sus potenciales clientes; dificultad para proveerse adecuadamente de insumos y servicios, entre otros de materia prima en la calidad, cantidad y precios adecuados; bajo acceso al financiamiento para sus inversiones y operaciones; falta de acceso a investigación y desarrollo de tecnologías y productos, por ejemplo, en el ámbito del diseño (que por su alto costo, se mantienen como un privilegio de la industria de mayor tamaño); y bajo acceso a transferencia tecnológica y capacitación para el uso de nuevas tecnologías.
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