Los únicos tres días libres que en el último tiempo ha tenido la completa agenda del cantautor fueron destinados espontáneamente a visitar Santiago y Concepción. “Había recorrido ciudades en guerra, pero nunca antes algo como lo que he visto aquí”, confesó este artista sobre el escenario universitario.
Con versos musicalizados de Federico García Lorca traducidos al hebreo, se inició pasadas las 19.30 horas de ayer el deleite en el Aula Magna de nuestra Casa de Estudios. ¿El responsable? David Broza, cantautor israelí de marca mundial, quien se encontraba en China cuando voluntaria y solidariamente decidió conocer Chile en su faceta más trágica: el escenario post terremoto. El público penquista estuvo a la altura, ya que repletó la sala universitaria. Este espectáculo tuvo además un sello fraterno, pues la adhesión se materializó a través de aportes voluntarios en dinero, útiles de aseo y alimentos no perecibles.
Aunque se confiesa originalmente influenciado por íconos del rock como Jimmy Hendrix o Bob Dylan, Broza asume que sucumbió ante el poder de España –uno de los países en los que ha residido- y su poesía. “En casa se escuchaba jazz, folk, de todo en realidad, pero los versos de Machado y Lorca, la música de Paco Ibáñez o Serrat, son ya parte de mi inspiración”, afirma con una sonrisa este hijo y nieto de activistas de las causas humanitarias. La labor de conciencia social es también una de las leyes de vida del cantautor: “hoy es mi turno de ayudar a quien lo necesite y espero que la generación que viene continúe haciéndolo”, explica con modestia.
Con nuestro Rector como anfitrión, la actividad contó con la presencia del embajador de Israel en Chile, David Dadonn, además de otras autoridades diplomáticas y universitarias locales. “Muchas embajadas lo intentaron antes, pero sin éxito, porque lograr la presencia de David Broza no es tarea fácil”, aseveró el diplomático, quien fue enfático al afirmar que este espectáculo es sinónimo de la admiración de Israel por el pueblo chileno y su fortaleza.