Costumbre recuerda que la vida en la tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo.
Un llamado a los creyentes a reforzar las prácticas del ayuno, la limosna y la oración hizo el Presbítero Juan Fernando García, en la misa de “Miércoles de Ceniza”, llevada a cabo en la Capilla Santa María Reina del Campus San Andrés.
“El ayuno no solo debe ser material, sino también de mi orgullo, de mi modo de ser. Por su parte, la limosna es un acto de justicia, no de caridad, pues cuando damos hacemos un acto de reparación: en tanto, la oración nos permite escondernos en Dios y solo contemplarlo a Él. Esta es necesaria para prepararnos para la vida eterna, para conocer a Cristo en su palabra e imitarlo”, sostuvo el sacerdote.
Con esta Eucaristía se da inicio al periodo de Cuaresma, un tiempo de reflexión, penitencia y conversión espiritual como preparación al misterio pascual. Es por ello que García también resaltó la importancia de que la Comunidad Universitaria reconozca al otro como hijo de Dios y “ayune de malos tratos y prepotencia”.
Al término de la ceremonia el Presbítero pidió porque la imposición de las cenizas acompañe una actitud interna de cambio. “Nuestra tarea es trascender y para ello necesitamos elevarnos a Dios. Que el Señor nos conceda la gracia de tener nostalgia de Dios para buscarlo y descansar en él”, concluyó.