La comunidad se organizó para apoyar a la primera familia que recibe estas casas, gestionadas por la UCSC.
Desde este fin de semana el trabajo no ha parado en población Santa Clara, en Talcahuano. El desafío es levantar 10 viviendas que irán en ayuda de igual número de familias de ese sector, que perdieron todo tras el maremoto.
La primera de estas casas, que beneficiará a la familia de Eva La Rosa, ya presenta notorios avances. Esto les ha dado tranquilidad a todos quienes recibirán estas viviendas, ya que da cuenta de las diferencias considerables con las tradicionales mediaguas.
Estas viviendas, que están siendo gestionadas por el Arzobispado y la UCSC con la colaboración de la Parroquia Santa Teresa de La Dehesa en Santiago, son de una calidad superior, más amplias y con baño incluido. Esto permitirá que las familias beneficiadas pasen un invierno protegidos del frío y la lluvia.
Nuestro Vice Gran Canciller, padre Luis Rifo, ha seguido de cerca este proceso y ha sido pieza clave para que los afectados de este sector mantengan el ánimo. En la visita que realizó esta mañana, detalló: “podemos ver que ya se está expresando aquí una realidad que ha suscitado la colaboración de muchas personas. Es una vivienda pensada para satisfacer en una primera etapa las demandas propias de una familia. Pero necesitamos incentivar a más personas que colaboren para levantar en el más breve plazo las 10 viviendas”.
Ana Espinoza será otra de las beneficiadas con estas casas. Pese a los duros recuerdos que tiene de la madrugada del 27 de febrero, se aferra al optimismo y agradece a Dios por haberla favorecido con este regalo. “Esta es una nueva etapa y feliz porque como familia tenemos muchos proyectos con la casa, que era nuestro sueño de toda la vida. Veo esto y se que valen la pena los sacrificios”, dijo.
Este fin de semana debe terminar la construcción de la primera vivienda y comenzar, de inmediato, la segunda, que también sumará el esfuerzo de la comunidad que mantiene su espíritu solidario.