Académicos UCSC defienden lema “Amamantar y trabajar” en Semana de Lactancia Materna

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Entre el 1 y el 7 de agosto se extiende este fecha celebrada a nivel mundial que promueve la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) y que ya cumple 22 años de vigencia.

Si la naturaleza es sabia, la lactancia materna lo pone de manifiesto. Y los profesionales de la salud solo hablan de las múltiples bondades que entrega la leche materna, denominada “Fluido líquido vivo” en la alimentación.

En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra entre el 1 y el 7 de agosto desde hace 22 años de la mano de la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) –organismo consultivo de la Unicef-, los académicos de Nutrición y Dietética de la UCSC, Jacqueline Ibarra y Samuel Meza, explican la importancia de este proceso, cuya campaña tiene por lema este año “Amamantar y trabajar”.

Los docentes detallan que la lactancia materna tiene bondades en materias fisiológicas, psicológicas, económicas y hasta ecológicas. No solo está en relación a la recuperación de la madre tras el parto, también fortalece el apego y la seguridad en el niño por ver a la figura que le da cuidado. También se ha demostrado que en culturas donde se practica el llamado “destete respetuoso” –cuando el niño decide dejar de amamantar-, o donde las madres amamantan a sus niños hasta los 9 años, se registran menos enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte, agregan, no hay envases ni sobreexplotación de recursos, como tampoco intermediarios para adquirir la leche, lo que es un gran aporte en el cuidado del medioambiente, y en la economía de las familias, porque los alimentos de relleno son de un alto costo.

Ambos profesores valoran que la legislación haya contribuido a generar los espacios para fomentar el amamantamiento en el caso de mujeres que trabajan con un posnatal extendido de seis meses, no obstante, señalan, esto no se ha traducido en los indicadores.

Si bien los nutricionistas señalan que no hay muchos estudios concluyentes al respecto, los factores sociales serían a su juicio los más influentes en el hecho de que las madres opten por incorporar el relleno antes de los seis meses. “Por desconocimiento, algunas

personas malentienden el llanto de un niño y piensan que es porque tiene hambre, o creen que la leche que se ve delgada no alimenta” detalla Ibarra, jefe de carrera de Nutrición y Dietética de la UCSC.

Jacqueline Ibarra es enfática al señalar que “todas las madres pueden dar pecho”, pero que no todos los niños tienen que subir de peso igual. Además recalca, desde el primer día, la leche de la madre se va adecuando al niño. La nutricionista detalla que primero es lo que se llama el “calostro”, líquido que contiene mayor cantidad de inmunoglobulina, y toma un color amarillento, y que madura cerca del 15° día. La Leche explica, es rica también en grasa, proteínas, minerales, sisteína y taurina, variando en el tiempo a medida que el niño crece.

“La leche humana no es comparable con otro líquido, es para el niño, los mismo rellenos señalan que no sustituyen la leche humana” agrega Samuel Meza, y señalando que siendo el alimento óptimo y exclusivo hasta los seis meses, el niño es el que hace sus horarios. Después de los seis meses, detalla, se incorpora alimentación complementaria, como fibra (en papillas) y proteínas, respondiendo así al desarrollo fisiológico que requiere más aportes.