El Fondecyt 2013 benefició a proyecto del docente de Ciencias Antonio Brante.

El Fondecyt 2013 benefició a proyecto del docente de Ciencias Antonio Brante.
Este año y por primera vez el académico de la Facultad de Ciencias, Antonio Brante, se adjudicó un proyecto del Fondecyt Regular. “Mega perturbaciones y resiliencia genética en poblaciones de especies marinas: el rol de las estrategias de historias de vida» se denomina su investigación que, financiada con 225 millones 384 mil pesos, desarrollará durante cuatro años en las regiones del Biobío y de la Araucanía.
“Lo que se ha hecho hasta ahora es evaluar el efecto del terremoto sobre las ciudades, la topografía, pero aún no han reportes respecto de qué pasó con la biota, con la flora y fauna de las costas, especialmente con especies comerciales, que fueron fuertemente impactadas”, señaló el académico.
Asimismo, puntualizó que el objetivo del proyecto es “evaluar cuál es este impacto en algunos organismos marinos, considerando algas, peces y vertebrados, y ver qué potencial de recuperación tienen. Hay varias alternativas, que no se recuperen y finalmente nunca vuelvan a la abundancia que tenían antes, que se recuperen en un nivel intermedio o que lo logren completamente; y también determinar cuánto se demoran en ello”.
La recuperación depende de varios factores, uno de ellos es la dispersión. “Entre mayor capacidad de dispersión de la especie, llega con más facilidad a lugares lejanos. Lo que uno espera es que organismos que tienen alta dispersión se recuperen más rápido que los de baja, porque tienen que ir a paso a paso hasta llegar a la localidad estudiada. Entonces queremos evaluar en términos de abundancia y diversidad esas localidades, pero también cómo éstas se recuperan genéticamente”, explicó el docente.
“La información genética que llevan las especies permite que éstas respondan de mejor o peor forma a eventos futuros. La teoría dice que entre más diversa es una especie o población local en lo genético puede responder mejor que una especie de información genética más pobre”, agregó.
Según Brante, la importancia de la iniciativa -que en la Región del Biobío se aplicará en zonas de alto (Bahía Coliumo) y medio (San Vicente) impacto tras el tsunami – es conocer “cómo se comportan los sistemas naturales frente a mega perturbaciones, eso permite establecer políticas de manejo y conservación de las especies impactadas, especialmente las que son comerciales y de las que no se sabe cómo van a responder”.