Creatividad e innovación en los equipos de trabajo

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Comunicación Interna

Columna Cecilia Gutiérrez, psicóloga Dirección Desarrollo Estratégico

Antes de señalar cómo motivar la creatividad e innovación, es importante diferenciar estos conceptos, pues a veces tenemos una idea equivocada respecto de ellos.

La creatividad hace alusión al mundo abstracto de las ideas, y la innovación, a la aplicación de esas ideas a la realidad, por tanto, existen personas muy hábiles en el mundo de las ideas y otras que pueden ser muy competentes innovando.

Majaro (1994) señala que las personas crecen a plenitud en un entorno creativo y que la creatividad individual, no se extingue, pero cuando el clima organizacional le es adverso, la persona se aliena.

Si bien muchos autores señalan que tanto la creatividad y la innovación pueden potenciarse, la evidencia señala que este cambio ocurre en tiempos que superan lo que las organizaciones pueden esperar, y por lo mismo es vital atraer e incorporar personas creativas e innovadoras en las organizaciones y además gestionar el clima de los equipos de trabajo.

En este proceso, el estilo de liderazgo imperante es crucial, primero porque llevar a la práctica ideas creativas implica recursos, así como grados de autonomía para la experimentación y ajuste. Por otro lado, el intercambio de ideas creativas puede llevar consigo un conflicto, y por tanto es necesario que el líder permanentemente estimule un ambiente de colaboración y de logro de resultados de calidad.

¿Cómo motivar la creatividad? Amabile (1988) señala que se debe dar libertad, control sobre el trabajo, establecer metas realistas, pero que a la vez impliquen logro, estimular la colaboración e integración, dar reconocimiento por el trabajo creativo y a la vez evitar una comunicación deficiente, la apatía y una evaluación poco realista e inadecuada.

Ahora bien, para llevar a la práctica esas ideas creativas e innovar se requiere pensar fuera de los límites tradicionales, potenciar la apertura al cambio, rodearse de personas que otorguen otras perspectivas de las cosas, derribar paradigmas, mejorar su ambiente de trabajo y otorgarse momentos para reflexionar, entre otros.

Peter Druker, planteaba que la innovación puede nacer de lo inesperado, de las incongruencias, de la necesidad de pensamiento, las estructuras, la demografía, el cambio de percepciones y el nuevo conocimiento y que, pero más allá de donde se origina, para ser eficiente debe ser simple y direccionada.