Acoso Laboral ¿Es posible prevenirlo?

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Comunicación Interna

Columna Cecilia Gutiérrez, psicóloga Dirección de Gestión Estratégica UCSC

Sin duda, una de las problemáticas importantes en el mundo del trabajo,  es el Acoso laboral. Este atenta en contra la dignidad de las personas,  el bien común y la actuación ética,  elementos constitutivos de nuestro Sello identitario como Universidad Católica.

Acoso Laboral,  es toda conducta que constituya agresión u hostigamiento reiterada, ejercida en el trabajo por una persona y que tenga como resultado menoscabo, maltrato o humillación, o bien que amenace o perjudique su situación laboral o sus oportunidades. Debe ser reiterado en el tiempo y debe tener consecuencias físicas y/o psicológicas en el afectado.

Heinz Leymann, reconocido experto en la materia, señala algunas conductas que, de manera sistemática, constituyen acoso laboral;

–             Cuando no se dirige la palabra, se niega el diálogo, o se ignore la presencia de una persona.

–              Cuando se reciben agresiones verbales, injurias en voz alta o se utilizan garabatos.

–              Cuando se reciben presiones y agresiones psicológicas y sociales; críticas a la vida privada y amenazas directas, por escrito o por teléfono.

–              Cuando se desacredita o ataca la reputación de una persona, se ridiculiza o crean rumores.

¿Por qué es una práctica tan destructiva para las personas y las instituciones?

Porque tiene consecuencias físicas, psicológicas, laborales y sociales. Una persona que es acosada laboralmente puede sufrir de estrés, problemas emocionales, depresión, ansiedad, trastornos gastrointestinales, somatizaciones, aislamiento, ausentismo, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e incluso en ocasiones la persona no es comprendida por sus amigos, colegas y familia.

¿Cómo enfrentarlo?

–           Organizacionalmente instalar el rechazo a este tipo de prácticas que alteran el clima, afectan la productividad y, por sobre todo, inciden en la salud de los afectados.  En ese sentido, es importante no aceptar prácticas abusivas y mucho menos normalizarlas.

–             Hay que capacitarse y difundir el concepto y en caso de tener sospecha de su aparición, inmediatamente informar e intervenir.

–              Es necesario que los funcionarios conozcan el procedimiento en caso de presentarse esta conducta

–              Se debe permanentemente promover un clima de confianza, apoyo y apertura, a través de liderazgos que permitan trabajar en equipo y faciliten la participación y compromiso de los funcionarios.