Los Convenios de Desempeño (CD) son recursos del Estado concursables destinados a instituciones de Educación Superior comprometidas con “desempeños notables” y que estén dispuestas a rendir cuenta pública de sus resultados. Es importante precisar que, en el ámbito de la formación de profesores, los CD tienen como objetivo formar profesionales de alto nivel, capaces de lograr cambios notables en el aprendizaje de los estudiantes, con una discriminación positiva para los sectores más vulnerables.
Los CD se articulan con otras acciones derivadas de la política pública, tales como la Beca de Profesor Docente, los Estándares de Formación Inicial (2008) referidos al conjunto de conocimientos, prácticas didácticas y disposiciones profesionales que deben demostrar los graduados de la carrera de Pedagogía. Es importante señalar que a partir de estos estándares se diseña la Prueba INICIA, cuyos resultados recientemente fueron difundidos a nivel nacional.
Lo anterior evidencia que Chile se esfuerza por mejorar la formación de profesores a través de un cambio en política pública centrada en la regulación externa de resultados. Esto es coherente con la experiencia internacional, que según Vaillant (2010) demuestra que se mejora la formación docente a través de la evaluación externa y el establecimiento de estándares claros que determinen la formación. Así, en Chile se han implementado procesos de acreditación de las carreras de Pedagogía y se han formulado los Estándares para la Formación de Profesores mencionados anteriormente.
A mi juicio, hemos olvidado en Chile que la experiencia internacional también sugiere como clave para el mejoramiento de la formación de profesores la articulación de los centros de formación universitaria con la escuela y una investigación conjunta sobre la enseñanza y su aprendizaje. Esto implica transitar hacia una relación de colaboración que favorezca tanto la retroalimentación de la formación inicial docente y al mismo tiempo potencie el mejoramiento de la calidad de la educación en el ámbito local.
Finalmente, cabría preguntarse, ¿cuántos actores educativos tienen conocimiento sobre estas iniciativas?, o lo que es más importante, ¿cuántos de ellos colaboran y/o participan en espacios de reflexión para la formulación de dichos convenios? Y, por último, ¿por qué necesitamos en Chile regulación externa para cumplir con lo que es nuestro compromiso país por más de dos décadas: la calidad y equidad para la educación?
Alejandra Nocetti de la Barra
Jefa del Departamento de Didáctica
Facultad de Educación
Universidad Católica de la Santísima Concepción