Por Renato A. Segura Domínguez, Economista Facea – UCSC
El traslado de la Casa Matriz de Cementos Bio Bio S.A. desde Talcahuano a Santiago en abril de 2005 fue uno de los últimos capítulos de una historia marcada por el éxodo de ejecutivos con poder de decisión de las principales empresas locales, contribuyendo con ello a la pérdida del liderazgo empresarial para sustentar el desarrollo social y económico de la Región del Bio Bio. Paradojalmente la Gerencia General de la empresa cementera fue ocupada durante 20 años por Claudio Lapostol, un destacado defensor de la descentralización quién, después de abandonar su cargo el año 2002, se atrincheró en CorBioBio para defender el derecho de nuestra región a decidir su propio destino.
La migración de ejecutivos es un fenómeno que se ha registrado en la mayoría de las empresas más importantes de la industria regional. En la industria forestal, los gigantes del sector tienen sus oficinas corporativas en Santiago. Las oficinas locales tienen un enfoque eminentemente operativo, ajenos a toda decisión estratégica que involucre aspectos relevantes para el desarrollo regional. Arauco, la empresa más visible de la industria, cuyos ejecutivos locales participan activamente en organizaciones gremiales y en mesas público privada regional, tienen atribuciones limitadas que les impide asumir un rol más efectivo como articuladores de grandes acuerdos para el desarrollo regional. Sintomático fue la participación del Presidente Nacional de la Corporación Chilena de la Madera (Corma) en el acuerdo forestal con el gobierno regional, con ausencia de los dirigentes locales de Corma en la firma del convenio forestal.
La industria acerera sufre el mismo vacío de liderazgo regional, circunscribiendo a sus ejecutivos locales a tareas propias del quehacer productivo sin injerencia alguna en las decisiones de alto impacto a nivel regional. Roberto de Andraca, Presidente de CAP, fue el que vino desde Santiago para anunciar el fallido proyecto de ampliación de Huachipato. Lamentablemente no fue simétrica la actitud corporativa de venir a dar explicaciones a nuestra región cuando se decide suspender definitivamente el proyecto, dejando las explicaciones en manos de los ejecutivos locales que poco y nada tuvieron que ver con las decisiones de abortar el magno proyecto.
En la misma línea, la industria pesquera limita a sus ejecutivos a la extracción y procesamiento del recurso marino. Las principales decisiones de inversión y crecimiento empresarial se deciden en las oficinas corporativas en Santiago, con un escaso liderazgo de los ejecutivos locales.
En un ambiente socio económico regional en el cual se requiere potenciar a los clusters industriales como uno de los motores de la actividad productiva local, la ausencia de liderazgo privado impide su desarrollo y posterga la anhelada reactivación económica y laboral. El total desconocimiento de nuestra realidad por parte de las casas matrices de las principales empresas que operan en nuestra región, desnaturaliza la generación de riqueza local e impide un desarrollo integral de nuestro territorio. La región tiene las condiciones para transformarse en un gran centro de negocios para el comercio Asia Pacífico. Como la caridad empieza por casa, sería una potente señal de descentralización y confianza en nuestras capacidades de desarrollo, que las decisiones estratégicas de las grandes empresas de nuestra región sean incubadas y lideradas por ejecutivos locales, requisito clave para desarrollar el alto potencial económico de la Región del Bio Bio.