Este mes se promulgó el Decreto de Rectoría que crea el Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS) en la UCSC. El CIBAS nace como mecanismo para potenciar la investigación de la institución, aportando directamente al área prioritaria definida por la institución de “Desarrollo Costero Sustentable”. A partir de esta premisa, el CIBAS ha definido 2 líneas generales de investigación: 1. Biodiversidad y Ambiente, y 2. Procesos, producción y tecnologías sustentables. Además, hemos establecido líneas transversales que competen a las áreas de humanidades, economía y educación, las cuales permiten enmarcar todo el quehacer del CIBAS en un sistema más integral, y que es necesario cuando abordamos problemáticas de sustentabilidad. Nuestra estrategia de desarrollo no solo se remitirá a problemáticas del borde costeros, que sin duda será una de las líneas fuertes, sino que apuntaremos también a problemáticas ambientales más complejas tanto en términos geográficos como de variables que la componen (biológicas, físicas, sociales, etnológicas, etc.). De esta forma, no solo queremos traducir nuestro quehacer en publicaciones científicas y proyectos, sino que también queremos construir una visión y un discurso con respecto a problemáticas complejas que involucran el desarrollo sustentable, tanto a nivel regional como nacional.
Para lograr estos objetivos el CIBAS se ha fijado dos ámbitos de acción y desarrollo, que apuntan por un lado al ámbito interno-institucional y otro externo hacia la sociedad. Creo que uno de los primeros desafíos que tenemos es poder instalar una cultura de investigación y desarrollo tecnológico al interior de la UCSC que permita generar una plataforma mínima de políticas, acuerdos y condiciones que logren que los investigadores puedan desarrollar su quehacer investigativo de la mejor forma posible. Creo que por suerte, se ha ido cambiando esta apreciación de que el quehacer científico en la institución es un gasto, y no una inversión. La generación de conocimiento es lo que define a las universidades, por ende, la UCSC debe transitar hacia una universidad compleja que pueda ser acreditada a mediano plazo en investigación y postgrado. El CIBAS se ha planteado ser una de las plataformas para cumplir estos objetivos, así como también ser un canal formal de comunicación entre los investigadores y la dirección superior.
Por otro lado, el CIBAS aspira a que el conocimiento que genere pueda ser comunicado a la sociedad y aplicado a problemáticas relevantes de la región y del país, y por qué no, a nivel internacional. Claramente, el CIBAS debería convertirse en un canal formal de vinculación de la UCSC con la sociedad en el ámbito ambiental. Sin embargo, para lograr estos objetivos no bastan las buenas intenciones, sino que se debe realizar un trabajo importante no solo a nivel del Centro, sino también desde la Institución y en particular de la Dirección de Investigación e Innovación (DII), de modo que ésta pueda contar con el peso específico necesario para influir en la toma de decisiones institucionales en cuestiones relacionadas a la investigación. A mi modo de ver, el responsable de dirigir la DII debería ser un académico a tiempo completo que cuente con las atribuciones, autonomía, presupuesto y profesionales necesarios para dar el impulso necesario que necesitamos; quizás la creación de una Vicerrectoría en Investigación e Innovación debería ser el primer paso. Sin duda, el desarrollo de la investigación junto con el potenciamiento del postgrado será uno de los grandes desafíos de las nuevas autoridades que asuman en los próximos meses.
A la Universidad aún le falta mucho por avanzar en materia de investigación, y espero que vayamos construyendo más universidad, más academia, con mayores espacios de participación, colaboración y sinergias, y con políticas y acciones claras para convertirnos a mediano plazo en lo que nuestra Visión de universidad nos indica: “Centro de excelencia en la búsqueda de la verdad e irradiación del saber para el bien de la humanidad.”