Reincorporación asignatura Educación Cívica


La semana pasada se aprobó, con votación unánime por el Senado, el proyecto de acuerdo que busca reincorporar la asignatura de Educación Cívica a nuestro sistema educativo, eliminada el año 1998 bajo el gobierno del Presidente Frei Ruiz-Tagle.

La importancia de este hecho político radica no solo en una cuestión de forma, expresada en el valor que nuestros legisladores le otorgan al estudio de las instituciones políticas, sino que, principalmente, por un tema de fondo: lo relevante que ello significa para el estudiante, en cuanto persona,  e indirectamente para la sociedad en su conjunto.

En efecto, por todos es sabido que nos caracterizamos por ser seres esencialmente sociables, es propio de nuestra naturaleza existir siempre en relación con otros, lo que equivale a una permanente interacción entre todos.      Sin embargo, dicha sociabilidad de nada serviría sino viene acompaña por otra característica también connatural a todos: la politicidad, es decir, la forma como convivimos con nuestros semejantes.  Resulta, por tanto, imprescindible que nuestra convivencia social se politice, de lo contrario estaríamos en un completo caos.

En el conocimiento de ambas facetas es donde radica la importancia, a nivel personal,  de la educación cívica temprana, ya que ello permite dar significado al rol que a cada uno le corresponde en su contexto social, lo cual facilita la participación responsable en el logro del bien común, disminuye el impulso egocéntrico y genera un crecimiento de la libertad y de la actitud crítica del alumno en la comunidad política.

«A su vez, a nivel social, la comprensión de las dimensiones señaladas también produce consecuencias positivas, toda vez que la mayor conciencia de que coexistimos nos obliga a darnos una dirección, un gobierno, lo cual se traduce en pensar y vivir la democracia no como algo ajeno, sino que como propio».

Mientras antes y mejor conozcamos y sepamos como se ponen en práctica principios democráticos fundamentales, tales como: la participación ciudadana, el pluralismo, la tolerancia, el diálogo, el compromiso, el respeto por las mayorías y minorías etc., tanto más fácil se nos hará integrar la democracia como única forma de ejercicio del poder basado en un estado de derecho y en el respeto a derechos esenciales.

No debemos olvidar que lo “más fácil” es ejercer el poder de manera déspota, en provecho personal o sectorial, de ahí la importancia de valorar la democracia y mantenerla, resultando imperativo para ello el poder conocerla.

valeska-opazoValeska Opazo de la Fuente
Profesora Derecho Político
Universidad católica de la Santísima Concepción