Pymes y economía digital. ¿Una nueva oportunidad?


Qué duda cabe que la actual crisis sanitaria ha transformado drásticamente la economía, el mercado del trabajo y el comercio. Se han acelerado los procesos de transformación digital en el mundo entero, y nuestro país no ha sido la excepción. Según distintos especialistas, esta tendencia continuará post pandemia, siendo entonces un imperativo para las empresas fortalecer sus canales de ventas online. Hoy se hace cinco veces más comercio electrónico que lo que estábamos acostumbrados, y esta realidad nos lleva a generar nuevos modelos de negocios y a establecer una nueva relación con los clientes. En efecto, las proyecciones para Chile indican un crecimiento promedio anual de un 20% para las ventas vía e-commerce en los próximos cinco años. 

Tampoco es desconocida la muy baja inserción de nuestras PYMES en el comercio internacional, incorporación que bordea un 3%, cuando en otros países como Canadá o China, las cifras son sustancialmente mayores, superando el 40%. Es aquí, donde la economía digital puede abrir importantes oportunidades para acceder, no solo al mercado local, sino también para expandir las fronteras a nuevos mercados.

En este contexto, hace algunas semanas, fue aprobado en la Cámara de Diputados, el Acuerdo de Asociación de Economía Digital, conocido como DEPA, cuyo objetivo principal es establecer ciertas reglas básicas para promover a los países integrantes como plataformas para la economía digital, generando, conforme indica la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, un marco amigable para las empresas, donde pueden exportar sus servicios y productos digitales, así como también explorar materias nuevas en el contexto tecnológico, que sirvan a la sociedad en general, por medio del desarrollo económico inclusivo.

LA VIRTUD DE LAS DIFERENCIAS Y LAS SIMILITUDES PARA CONSTRUIR APRENDIZAJE CONJUNTO.

El DEPA corresponde a un acuerdo entre Chile y los países de Singapur y Nueva Zelanda, dos economías pequeñas en el concierto mundial, geográficamente distantes de nuestro país, que en su conjunto representan aproximadamente un 0,2% de nuestras exportaciones. Sin embargo, hay mucho aprendizaje que se puede generar de esta asociación. 

Singapur es un país líder global, un articulador de negocios, que opera como un hub de bienes y servicios, para aquellos que tienen otras riquezas económicas, adoptando en esta nueva etapa una vocación digital para llevar esa misma lógica del mundo físico, al contexto digital. Nueva Zelanda, por su parte, exhibe varias coincidencias con Chile, país pequeño y aislado de los grandes centros de actividad internacional, rico en recursos naturales, y que ha debido buscar los caminos para convertir esta realidad en oportunidades de mayor desarrollo económico, y Chile, ha sido un país líder en materias de política comercial, tejiendo una amplia red de acuerdos con todo el mundo durante más de treinta años.

Para Singapur y Nueva Zelanda, Chile es un importante socio estratégico para generar nuevos acuerdos y estándares, en tanto, para nuestra pequeña economía, altamente dependiente del mundo, es una gran oportunidad para generar nuevos modelos de política de fomento para nuestras empresas de menor tamaño, aquellas que generan cerca del 70% del empleo en Chile, fuertemente afectadas por la crisis sanitaria, económica y social, y que ahora, más que nunca, necesitan del apoyo para abrir nuevas oportunidades y llegar al mundo.

Más economía digital, más oportunidades para las Pymes.