Este domingo se realizarán por segunda vez en nuestro país las elecciones primarias legales que tiene como objetivo dirimir la disputa presidencial interna al interior de los principales conglomerados políticos de Chile. Y aunque las condiciones políticas son muy distintas entre las primarias realizadas en 2013 y las que se concretarán este fin de semana, hay algunos elementos comunes que es relevante destacar.
Curiosamente, en las primarias del año 2013 y en las que se realizará este domingo, las fuerzas políticas del gobierno de turno no fueron capaces de ponerse de acuerdo para ofrecer al país un proceso de participación y selección de sus abanderados presidenciales.
Otra coincidencia entre el proceso de primarias anterior y el actual es la mala evaluación política con que llega el oficialismo a la instancia previa las elecciones presidenciales y parlamentarias. Y como consecuencia de lo anterior, la escasa o nula contribución electoral que puede brindar el presidente a los partidos oficialistas y a sus candidatos.
Del mismo modo, al igual que en el 2013, la sensación ambiental es favorable a la oposición en desmedro de los partidos que hoy controlan La Moneda. Los gobiernos de los presidentes Piñera y Bachelet, cada uno a su manera, agotó parte importante de su capital político mucho antes de expirar sus respectivos mandatos, de tal forma que los resultados electorales, en el caso del ex mandatario, no fueron para nadie una sorpresa. Y muchos esperan que en esta oportunidad ocurra algo similar.
En el campo de las fuerzas opositoras, del mismo modo que hace cuatro años, al interior de Chile Vamos las cosas no son muy distintas a las que vivió la Nueva Mayoría previo a las primarias: un candidato fuerte, en compañía de candidaturas no competitivas, al punto de tener un resultado altamente previsible.
Del mismo modo, en concordancia con lo ocurrido el 2013, nadie espera ni para las primarias ni para las presidenciales una participación ciudadana masiva. Y no sería de extrañar, al igual que hace cuatro años, unas primarias con bajos niveles de votantes, pero que tiene el efecto positivo de poner en marcha las maquinarias electorales de quienes hicieron este ejercicio político.
Probablemente, un factor nuevo es la aparición del Frente Amplio, que si bien hunde sus raíces en la propia Nueva Mayoría –dos de sus principales promotores, Boric y Jackson, hasta hace poco pertenecían a ese conglomerado- puede tener efectos no previsibles en términos de la competencia que haga al oficialismo y en cuanto a su capacidad real de movilización, temas que este domingo quedarán más o menos definidas.
Y el segundo factor que nadie parece haber sido capaz de prever es la coincidencia de la participación de Chile en la final de la Copa Confederaciones con las primarias, eventos que si bien no son excluyentes, agregan algunos elementos de incertidumbre sobre los niveles de participación de la ciudadanía. Y es que ganar una copa internacional a nivel de selecciones parece ser para los chilenos un asunto mucho más serio que definir quién será la persona que gobernará en los próximos cuatro años. Como diría algún experimentado y sabio comentarista deportivo: cosas del fútbol.