El lunes 25 de noviembre, con el respaldo de la Cámara de Comercio de Santiago, se desarrolló el Cyber Monday en Chile, un ofertón virtual donde las tiendas voluntariamente rematan los productos con grandes descuentos, dando así la bienvenida al periodo de compras navideñas. En Chile esta iniciativa ya lleva tres años, sin embargo muchos dudamos de su veracidad y los días posteriores aparecen los reclamos al Sernac por las compras que nunca logramos realizar.
Ante las transacciones fallidas, el área comercial de las empresas culpa a los servidores, sí, a un equipo que procesa datos rápidamente. Sin embargo, sólo funciona con programación humana, entonces, ¿de quién es la culpa?
Un servidor es un computador, que comparte el mismo principio de funcionamiento básico del PC de la casa; entrada de datos, procesamiento, memoria y salida; con un sistema operativo optimizado para manejar un volumen de datos y programas que respondan a entornos más críticos y específicos. Entonces bajo esta simple lógica, ¿por qué se cae cuando lo necesitamos?
La respuesta es por el diseño de arquitectura de la infraestructura (Software más Hardware). Es poco eficiente dimensionar las capacidades de un servidor para atender solicitudes sólo un par de días al año. El costo económico de un diseño pensado para estos eventos puntuales no sería para nada rentable, más aun considerando que la obsolescencia tecnológica de estos equipos es de unos 24 meses. (Aunque siempre se les estruja hasta la última gota).
Entonces, qué hay que hacer: optimizar el servidor, tanto a nivel de software como de hardware, para evitar las caídas o maquillarlas para aminorar el daño. Ejemplo de esto es un generar una cola virtual, con un temporizador que indica el tiempo de espera para entrar a un sitio o mensaje de «en estos momentos no podemos atenderlo, inténtelo más tarde». Esto se conoce como manejo de mensajes para evitar mayores errores, no olvidar que los grupos de hacking social realizan ataques a servidores invitando a muchas personas a conectarse a un sitio simultáneamente.
¿Hay forma de evitar estos malos ratos y lograr que la empresa logre atender a los potenciales clientes en estos momentos de compra compulsiva? La respuesta es “sí”, existen algunas alternativas, una de ellas es hacer un cluster, agrupar más de un servidor y balancear la carga de trabajo (similar a contratar personal extra en periodos de alta demanda). Con esto se logra atender a más personas simultáneamente, pero no evita la cola virtual.
Otra opción, más atractiva, es la virtualización: comprar grandes capacidades de hardware y adecuarla al crecimiento (tener mucha gente contratada y tenerla detrás del mesón haciendo otras labores y llevarlas a caja cuando haya mucha gente) aunque suena caro de implementar.
Otra y la más visionaria es contratar cloud computing (servidores en la nube). Grandes empresas en el rubro hacen la inversión y utilizando las técnicas de cluster y virtualización logran atender a estas demandas de clientes y cobrando por la cantidad que procesamiento que realmente se utiliza. Aunque no es infinito, están sobredimensionados y generalmente son capaces de soportar alta demanda de solicitudes con mejor tasa de éxito que servidores independientes.
Entonces, si la solución existe, ¿porque seguimos frustrando nuestras compras o saturando los servidores ante estos eventos masivos? Según mi experiencia, procesar para «todos los que son y los que serán» sigue teniendo costos económicos elevados, y evaluar erróneamente una solución podría llevar a que todo lo que gané en el periodo de bonanza, tenga que devolverlo a las arcas de mi proveedor de servidores, dejando feliz a todos, menos a mi empresa.
Hernán Sáez Talavera
Ingeniero Informático
Dirección de Servicios Informáticos
Universidad Católica de la Santísima Concepción