La obesidad se ha trasformado en uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como varios tipos de cáncer. A esto, también hay que sumar la infección por Covid-19, que ha quedado en evidencia que afecta más a las personas que cuentan con obesidad y sobrepeso.
Para entender la razón hay que tener en cuenta que la obesidad es una enfermedad con un estado de inflamación crónica, donde existe un aumento de toxinas en el organismo y que producen disfunción de muchos sistemas corporales, principalmente páncreas, hígado y por supuesto sistema inmunológico.
Por lo tanto el virus del Covid ataca de manera más agresiva a estos pacientes puesto que su sistema inmune es más «lento» para poder hacer frente a un virus tan agresivo. Dado lo anterior, es que se vuelve tan complejo para este tipo de personas lidiar con esta infección, pues además de ser obesos son sedentarios y con pésimos hábitos de alimentación, sumado al excesivo consumo de tabaco y alcohol.
Lo anterior debido que a nivel gastrointestinal se produce un cambio de la flora intestinal o disbiosis intestinal que transforma la conformación del microbioma, que corresponde a un regulador primordial del sistema inmune y protección contra infecciones.
Los peligros, entonces, están asociados principalmente a las complicaciones que requieren ventilación mecánica y aumento de días en este procedimiento. Además, en pacientes con obesidad es más difícil realizar el destete de este mecanismo artificial, pudendo desarrollar complicaciones que lleven a una falla multisistémica del organismo, ya que la obesidad produce sustancias tóxicas que impiden el buen funcionamiento del sistema inmune y por su parte el SARS-Cov-2 potencia esta producción, generándose un ambiente de toxicidad en el cuerpo humano.
En contraparte, además de tener una buena nutrición siempre debe estar acompañada de actividad física, pudiendo prevenir la obesidad y por lo tanto las complicaciones del Coronavirus. Si una persona se contagia hay que potenciar las frutas y verduras que contiene propiedades antioxidantes ósea que eliminan o combaten las sustancias malignas del cuerpo, preferir siempre los alimentos “al natural”, evitar los alimentos procesados (aquellos con más de 5 ingredientes no naturales), tratar en lo posible de dejar la comida chatarra y tratar de tener hábitos alimentarios adecuados, es decir, horarios de alimentación establecidos. También hay que compatibilizar con el teletrabajo, realizar pausas activas o ejercicios de estiramiento entre la jornada laboral, beber líquido y algo importante que se debe tratar de practicar es tomar sol a lo menos diez minutos al día para activar la formación de vitamina D muy importante para potenciar el sistema inmunitario.