El 17 de diciembre recién pasado se publicó en el Diario Oficial el Esperado Reglamento Técnico que hace operativa la nueva Ley de Etiquetado Nutricional de Alimentos en Chile (Ley nº20606), y que tiene como ejes la regulación de la rotulación y promoción de alimentos, haciendo énfasis, en aquellos alimentos “Poco Saludables”, es decir, aquellos que tienen altas cantidades de Energía, Grasa Total, Azucares y Sodio. El objetivo es informar a la población de aquellos alimentos que pueden resultar perjudiciales para la salud cuando se consumen en exceso, como así también, prohibir la comercialización de estos en establecimientos educacionales.
Para la industria Alimentaria, este reglamento impone ciertas restricciones, pero a su vez representa un desafío en términos de desarrollar tecnologías que permitan modificar la composición de los alimentos a fin de mejorar su calidad nutricional. Los puntos esenciales del reglamento son: rotulación de alimentos » alto en» energía, grasa total, azúcares y sodio, según corresponda, prohibición de comercializar estos productos en establecimientos de educación pre básica, básica y media y del uso de ganchos comerciales, además de incluir mensajes que promuevan estilos de vida saludables en la propaganda, radial, escrita y televisiva de dichos productos.
El debate actual está centrado en que el reglamento no se condice con el espíritu de la Ley, ya que exime, por ejemplo, a la “comida chatarra” de la obligatoriedad de regirse por esta reglamentación, además se establecen límites críticos de energía y nutrientes más altos que las recomendaciones internacionales.
Sin embargo, la Ley tiene como virtud ser una buena aproximación a los modelos de intervención integral, donde se cruzan sectores relevantes en el manejo de este tipo de enfermedades: Educación, Industria Alimentaria y Salud. Todo reglamento es perfectible, y con el tiempo se ajustara a los objetivos de la ley.
Hay que preocuparse, eso sí, de la forma en que estos nuevos elementos del etiquetado nutricional serán entendidos por el consumidor y cual será el impacto que en el largo plazo tendrá sobre la salud de los mismos. Es necesario desarrollar campañas informativas que permitan explicar de manera clara y precisa la forma adecuada de interpretación de estos mensajes.
Finalmente hay que ser cauteloso con las expectativas relacionadas con la implementación de esta nueva ley, por cuanto hay que recordar que la alimentación es uno de tantos factores que inciden en los problemas de salud de la población de tal forma que sería inadecuado, responsabilizar a esta ley y su respectivo reglamento, de los inciertos resultados que pueda generar. El tiempo lo dirá.
Rodrigo Buhring B.
Nutricionista – Magister en Gestión Alimentaria
Académico Facultad de Medicina
Universidad Católica de la Ssma. Concepción