Nuestro patrimonio natural


Existen varias zonas en nuestra región con un alto valor de conservación de especies, y que además se levantan como polos turísticos importantes. Dentro de ellas, Punta Hualpén en la desembocadura del Biobío, es un sitio altamente rico en flora y fauna, tanto marina como terrestre. Sin embargo,  todos los años se realizan actividades extractivas de gran magnitud de las algas con valor comercial que habitan en ese ecosistema. Camiones llenos de esas algas salen del sector para venderlas a las empresas que procesan estos recursos.

La forma de extracción que se realiza y que consiste en sacar las algas desde su base (“raíces”), genera que kilómetros de costa queden desnudos por mucho tiempo, ya que la recuperación de estas especies puede tomar más de un año. El impacto ecológico es brutal, debido a que estas algas albergan una cantidad inimaginable de especies marinas que permiten mantener el ecosistema saludable y funcional. Además sirven como sitios de crianza y refugio de muchas otras especies de importancia comercial que se explotan en la región. Sumado a esto, el turismo también se ve afectado, ya que reduce su valor paisajístico.

Lamentablemente, esto seguirá sucediendo debido a que opera la llamada “tragedia de los comunes”: si el lugar o recurso es de uso común, tengo que sacar hasta el último valor económico porque de lo contrario lo hará otro. Para el caso que expongo aquí: si no extraigo y vendo todas las algas yo, lo hará otro. Hay cientos o miles de ejemplos de esto en el mundo, y explica en gran medida el colapso de la mayoría de nuestros recursos naturales.

Por mucho tiempo se ha discutido la posibilidad de declarar a Punta de Hualpén  Área Marina Protegida de Múltiples Usos, lo que favorecería implementar medidas de protección y manejo de los recursos que ahí existen. Sin embargo, esto no ha prosperado debido principalmente a la poca claridad de las políticas ambientales prioritarias, así como la poca continuidad de las unidades encargadas de la evaluación de estas acciones; sumado a esto, el largo tiempo que toman estos procesos administrativos.

Hago un llamado de atención a las autoridades pertinentes para que se pueda concretar esta iniciativa y poder proteger no tan solo este sitio, sino que muchos otros que tienen un gran valor de conservación en la región. Estoy a favor del desarrollo económico de nuestra región, pero claramente esta no es la forma más sustentable.

abranteDr. Antonio Brante
Jefe Depto. Ecología
Facultad de Ciencias
Universidad Católica de la Santísima Concepción