Los “tuits” asesinos


Twitter es un sistema de microblogging de alcance mundial – cuidado con confundirlo con una red social-. Y no son pocos los que lo usan como medio para mantenerse informados de la actualidad. Esto, sumado a los ansiados “niveles de influencia” -que no es más que cómo la fama del que escribe es valorada por otros-, lo convierten en una caricatura del patio del colegio… y sí, ya que están los vivos -populares-, los gansos -nerds- y una fauna diversa que sigue sus comentarios. Y así como en el recreo hay chicos que cuentan historias increíbles sobre sus conquistas amorosas, en Twitter se da algo similar.

La principal arma de Twitter es la instantaneidad y la capacidad de enviar ideas sueltas en 140 caracteres. Esta atomización informativa, sumada a una dinámica de partículas de gas puede provocar que los usuarios hagan eco de noticias que no son tal. Ya es común que cada cierto tiempo un tuitero “mate” alguna celebridad aludiendo un “experimento de ingeniería social”. Patricio Aylwin, Don Francisco, Gustavo Cerati y, más recientemente, Gabriel García Márquez han sido carnada para los seguidores de la información instantánea… ¡y vaya cómo pican! Comienzan los comentarios recordando al supuesto occiso, pero al poco rato aparece alguien desmintiendo la información.

Curiosamente, los profesionales de la información se han convertido en uno de los grupos más asiduos a las redes sociales, incorporándolas a su rutina de trabajo y muchos, peligrosamente, les dan más importancia que a las fuentes oficiales, siendo más tentador seguir un rumor que apelar a las fuentes directas. Por lo mismo, hay que verlas en su justa dimensión: como medios de comunicación. Un diario tiene muchos filtros previos como para publicar cualquier cosa, y aún así se publican errores, y en el otro extremo Twitter carece de un filtro editorial, lo que lo hace un arma de doble filo: es muy rápido, pero corta en distintas direcciones, pudiendo herir al implicado y al mismo tiempo a quien publica, llevándose consigo a todos quienes replican y retuitean.

Javier Martínez Ortiz
Jefe de Carrera Biblioteconomía y Documentación
Universidad Católica de la Santísima Concepción