Los tres pilares de nuestro Proyecto Educativo Institucional UCSC


El Proyecto Educativo Institucional UCSC (PEI) es un documento inspirador y rector de decisiones y conductas de todos quienes colaboramos con nuestro trabajo a la formación directa o indirecta, formal e informal de nuestros estudiantes. En una institución educativa universitaria como la nuestra, el PEI es la brújula concreta que asegura que nuestros pasos educativos se orienten a la consecución de los fines propios de nuestra institución. De la misma manera que la brújula es imprescindible para el navegante, y más aún para el explorador de caminos nuevos, así lo es también el PEI para nuestro quehacer universitario concreto y diario.

A mi juicio, el PEI nos presenta tres pilares básicos para sustentar nuestra labor universitaria y formativa. Permítaseme nombrarlos sin atenerme literalmente al documento. El primero es el ensanchamiento del horizonte disciplinar, luego la concepción teórico-práctica (noética y ética) del ser humano como “persona humana” y su primacía axiológica a todo evento, y por último, la oferta explícita de la fe del Jesucristo a todo aquél que quiera acogerla. Es probable que alguno me reproche el orden inverso que he seguido en esta enumeración, pero he preferido ir de lo más a lo menos evidente.

En efecto, cualquiera que mire nuestros perfiles de carrera y respectivas mallas curriculares (Planes de estudio o curricula, más técnicamente), puede percatarse casi de un golpe de vista de una intencionalidad clara de otorgar una formación universitaria que desborde los límites de lo puramente disciplinar. Se puede decir con toda propiedad que nuestro PEI busca y pretende provocar un ensanchamiento epistemológico en la formación disciplinaria de nuestros estudiantes.

Si miramos con mayor detenimiento, nos daremos cuenta de que ese ensanchamiento epistemológico está direccionado, que no es una simple y espontánea, mucho menos arbitraria, apertura a cualesquiera otras disciplinas. Efectivamente, el PEI pretende un ensanchamiento disciplinar hacia lo antropológico y también a lo teológico. Dicho en otros términos, el PEI pretende que nuestros estudiantes siempre se encaminen hacia una visión orgánica de la realidad, lo que sólo es posible si se articula ciencia-filosofía-teología (mundo-hombre-Dios). Por eso, que desde esta perspectiva y opciones institucionales a la que todos nosotros colaboramos, este pilar del “ensanchamiento del horizonte disciplinar” no puede menos que ponernos delante de los dos pilares siguientes: la concepción teórico-práctica (noética y ética) de todo ser humano como “persona humana” y su primacía axiológica a todo evento (el Hombre, varón y mujer, es siempre el primer valor a respetar en el mundo), y el otro pilar, la oferta explícita de la fe cristiana a todo el que quiera acogerla. No se puede ignorar que ha sido esta misma fe la que creó esta institución sin precedentes que es la “Universitas”, la unidad de lo diverso sin dejar de ser diverso, de la misma manera que Dios es único y comunidad de Amor de tres personas divinas irreductibles la una a la otra: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Mientras más razonable es la Razón (las ciencias, la técnica, las artes, etc.) mayor es su apertura al Misterio que se le da a conocer en la Fe; y mientras más sana es la Fe, mayor su estima y aprecio por la humana razón y todo su ingenio.

Juan Carlos Inostroza
Director del Instituto de Teologçia
Universidad Católica de la Santísima Concepción