El Estado considera que la práctica deportiva es una poderosa herramienta para fortalecer los lazos sociales y la promoción de valores, un grato reconocimiento público a una actividad a veces venida a menos.
La ley del Deporte N° 19.712 entregó al Estado el deber de “crear las condiciones necesarias para el ejercicio, fomento, protección y desarrollo de las actividades físicas y deportivas”, y para ello existía el Instituto Nacional del Deporte (IND) como órgano responsable. Pero su implementación ha tenido que enfrentar dificultades, partiendo de la base de que posee una doble función, como es proponer políticas públicas y luego coordinar con los demás sectores públicos la aplicación de esas políticas.
Al contar ahora con un Ministerio del Deporte, podría beneficiarse la gestión del deporte y el fomento de la actividad física en la población, favoreciendo con ello el compromiso presidencial del 21 de mayo de “convertir a Chile en un país de deportistas”.
Sin embargo, es válido preguntarnos cuál será el beneficio para un ciudadano común. Las respuestas son algo difusas, ya que en el orden político este ministerio debiera planificar y orientar las políticas públicas a mediano y largo plazo, pero no queda claro cómo influirá en la lucha contra el sedentarismo, en el aumento de las horas lectivas de Educación Física y Salud en el sistema educativo o sobre los programas de prevención en salud, que son algunas de las grandes preocupaciones del Estado en la última década y que ha generado una relación biministerial (Educación y Salud) en el abordaje de temas como el combate a la obesidad y el sedentarismo, como si instalar indicadores al sistema educacional fuese la solución a los problemas.
Es de esperar que este Ministerio abra un espacio para trabajar en el desarrollo del deporte a nivel nacional, considerando las diversidades propias del país, liderando la promoción de la práctica regular y masiva de la actividad física, fomentando la promoción de la salud por la vía del ejercicio físico, y apoyando las demandas emergentes para la práctica de los deportes no tradicionales y el potenciamiento tanto del deporte formativo como competitivo a nivel escolar.
Es una muy buena iniciativa un Ministerio del Deporte en Chile, pero es por sobre todo un gran anhelo de quienes somos cercanos o beneficiarios del deporte.
Jesualdo Cuevas Aburto
Jefe de Carrera Pedagogía en Educación Física
Universidad Católica de la Santísima Concepción