Estos últimos días, los medios de comunicación han informado profusamente sobre la nueva Ley Antitabaco, lo que ha despertado interés no sólo en las personas e instituciones que se verán afectadas por disposiciones que esta ley establece, sino también en la opinión pública en general.
Normas legislativas orientadas a proteger la salud de las personas y por ello, de la población, son útiles y necesarias pero, indiscutiblemente, el tener conocimiento y tomar conciencia sobre las consecuencias de fumar, debiera tener un efecto más profundo y duradero.
Componentes del cigarrillo, son capaces de producir mutaciones y cáncer. Habitualmente se relaciona al TABACO con el cáncer al pulmón. Sin embargo, sus efectos son mucho más variados e importantes como:
- 90% de las amputaciones de las extremidades inferiores por enfermedades vasculares arteriales secundarias
- El 83% de las muertes por cuadros bronquiales obstructivos crónicos
- El 82% de los canceres pulmonares
- El 30% de todos los canceres
- El 25% de las muertes por causa cardíaca
- Impotencia sexual precoz
En relación al cáncer de pulmón, en los fumadores pasivos el riesgo de contraerlo es de 1.4 a 3.4 veces mayor. Todos los esfuerzos por disminuir el consumo de tabaco no sólo son útiles, sino necesarios y ellos deben estar orientados según la estrategia MPOWER de la OMS a:
- Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención
- Proteger a la población de la exposición al humo del tabaco
- Ofrecer ayuda para dejar de fumar
- Advertir de los peligros del tabaco
- Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio
- Aumentar las tasas de impuesto
No fumar o dejar de fumar, en consecuencia, protege la salud de las personas y de quienes los rodean y todo esfuerzo que por ello se haga, vale.
Dr. Hernán Jeria de Folliot
Profesor de Epidemiología
Facultad de Medicina
Universidad Católica de la Santísima Concepción