Legislar sobre el aborto


Recién escucho la radio y confirmo en la televisión: “Senado debatirá idea de legislar sobre el aborto terapéutico”.

Vamos por parte. ¿“Senado debatirá” hace referencia a que la discusión que se genere discurrirá inter pares?. ¿Habrá asesores de incuestionable experiencia y saber científico, filosófico, teológico, actualizado y válido sobre el tema?. ¿Serán convocados todos los involucrados en el tema?. ¿O es que el Senado de la República se ha arrogado la función de representación de su electorado sin consulta amplia a las bases ciudadanas en un tema tan delicado y sensible por tocar los valores que han forjado buena parte de la historia, no sólo nuestra, sino aquella humana universal?.

Da lo mismo. La respuesta es irrelevante por la sencilla razón que se pretende “legislar sobre el aborto terapéutico”. Y aquí una fe de erratas de carácter semántico: Donde dice ‘aborto’ debe decir ‘homicidio’.

Lo de ‘terapéutico’ lo abandonaré al debate más técnico de los agentes de la salud. Sí, esos mismos del Juramento Hipocrático, que se educaron para defensa y cuidado de la vida humana y la salud biopsicosocial que la sustenta.

Pero de que aborto es homicidio, que duda cabe. La ciencia dice que la fusión de los gametos, espermatozoide y óvulo, va seguida de la fusión del DNA contenido en sus respectivos cromosomas de orígen materno y paterno.

Todas estas estructuras biológicas están vivas, son consideradas vitales, y partes constituyentes de la identidad personal del ser humano de l cual se originan. Luego, la fusión del DNA materno y paterno genera una nueva estructura biológica (llámela Usted como le plazca), diferente de las personas que aportaron su información genética, y que está totalmente viva, como Usted o yo.

Es una estructura viviente, pero su información genética determina que es una estructura biológica viva correspondiente a un ser humano en desarrollo, una persona. Claro, podemos discutir sobre las etapas de su desarrollo y nominarlas según nuestras apetencias y nomenclaturas. También podemos discurrir si acaso esa estructura eventualmente será ‘viable’ en términos de lograr pleno desarrollo, o si perecerá naturalmente. Podríamos, incluso, discurrir si acaso recién ocurrida la fusión del DNA materno y paterno, ‘eso’ que resulta es o no una persona (que de hecho, para la concepción antropológica cristiana sí lo es). Lo que no podemos discutir a la Ciencia, sin contradecir sus propios postulados, es que ‘esa’ estructura generada por la fusión del DNA materno y paterno está viva (insisto, como Usted o yo). Y lo que no podemos discutir a la ética, cristiana o no, sin contradecir su esencia, es que ‘esa’ vida merece respeto, defensa y cuidado, por el sólo mérito de ser tal.

Y eso, transforma ‘aborto’ en ‘homicidio’. O, en crimen de lesa humanidad, por atentar contra la vida que sustenta la naturaleza.

¿Se va a debatir cómo legislar sobre prácticas eugenésicas homicidas?…

Dr. Claudio Lermanda Soto
Decano
Facultad de Medicina
Universidad Católica de la Santísima Concepción