La Política sin los Intelectuales
El Texto-Ensayo del autor Sergio Micco Aguayo desglosa la herencia política e intelectual desde la lejana Atenas, Roma y Jerusalén, cotejando el pensamiento político de Hannah Arendt con el de pensadores clásicos, desde Sócrates, Aristóteles, Platón, Píndaro, Esquilo, Tucídides, Demóstenes, Cicerón, Heráclito, con otros como Heidegger, Karl Jaspers, Marx, y entre tantos otros: San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Miguel de Cervantes, Miguel de Unamuno; nuestros Gabriela Mistral y Jorge Millas; los más cercanos Lipovetsky, Bobbio, Jesús: herencia de la que participamos como herederos de la cultura judeo cristiana, griegos, romanos, hebreos, en el cómo desentrañar, para luego facilitar, el vínculo entre intelectuales y políticos, donde los primeros vivirían sus vidas desde la contemplación y los segundos desde la acción, vínculo que sería necesario reconsiderar y replantear para proponer un ideal de intelectual acorde a los nuevos tiempos: al decir de Micco, “crítico, veraz, cívico, comprometido, independiente y responsable”, amén de la buena política rescatada desde la antigüedad para desmitificar aquello de que un político no puede ser un intelectual y un intelectual no puede ser político, ya que éste es, por excelencia, un hombre de acción y un intelectual es amante, por excelencia, de la tranquilidad para elaborar sus pensamientos.
Los intelectuales y el poder, los políticos y el poder son temas ampliamente analizados desde la intrincada conexión entre acción y contemplación, mostrándonos como una especie de experimentos relacionales, a través de la historia entre unos y otros, los fracasos intelectuales, los fracasos políticos, porque se ha disociado la teoría de la praxis, tal como asevera Micco: “El intelectual requiere del poder si quiere que sus ideas se abran camino en la tarea de transformar el mundo, y el político requiere del saber para darle sentido y eficacia a su accionar”.
Este texto expone, da cuenta, informa. Por lo tanto, nos permite comprender, qué terreno pisamos actualmente, escrito con un lenguaje accesible a ser comprendido por un lector medianamente versado en estos aconteceres filosóficos y procesos históricos; también podemos comprender que la acción requiere de filósofos políticos y de cientistas políticos y que, actualmente, la acción política requiere de la Filosofía, sin duda; y tras este lúcido análisis de los tiempos actuales con todas sus decadencias y modernidades, entre los daños ambientales, la explosión demográfica, los desafíos científicos-tecnológicos, con tareas magnas por superar, luego de tanta globalización y sus consecuencias, nos surge, desde muy lejos, una débil esperanza, en ese otro prójimo político, para recuperar la confianza en la POLÍTICA, con letras mayúsculas y transparentes, cuyas luces y sombras, finalmente, nos dignifiquen como seres humanos pensantes y de este siglo.