En Chile vivimos un periodo en que la tolerancia y no discriminación es parte importante del discurso publico porque favorece el funcionamiento de la democracia; sin embargo en Europa -referente obligado sobre la materia- existe una creciente corriente de intolerancia social y restricciones gubernamentales que afecta la libertad de expresión de parte importante de la sociedad como son los cristianos. Francia conculca este derecho a los manifestantes profamilia de La Manif Pour Tous (Manifestación por todos), opositores a la ley del 18 de mayo de 2013 que aceptó el matrimonio homosexual y la adopción por parte de estas parejas, al reprimirlos agresivamente con la policía antidisturbios obligándoles a interponer un reclamo ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por trato violento contra manifestantes pacíficos que solo ejercen su derecho a expresar que creen en el matrimonio tradicional y que los niños tienen derecho a un padre y a una madre, incluso la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa adoptó la Resolución 1947(27/06/2013) titulada:“La protesta popular y los desafíos a la libertad de reunión, de prensa y expresión”, denunciando el carácter desproporcionado de las medidas adoptadas por los órganos que aplican la ley y la utilización de gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos.
Por otra parte, el informe para el 2012 de la ONG Austriaca Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra Cristianos, describe 169 casos en la Unión Europea(UE) y denuncia 41 leyes nacionales de más de 15 países europeos que implican discriminación para estos. Ejemplos: en el Reino Unido un médico cristiano fue despedido por enviar una oración a sus colegas mediante correo electrónico, otro fue reprendido por negligencia por el Consejo Médico al compartir su fe con un paciente al final de una consulta privada. En Austria protestas silenciosas y oraciones elevadas en clínicas abortistas pueden significar arrestos por acoso. En Francia un profesor católico fue suspendido por organizar un debate sobre el aborto en una clase de educación cívica y el ministro de educación francés pidió a los directores de escuelas confesionales no desarrollar debates sobre la homosexualidad para «evitar la homofobia». En Suecia un alumno fue reprobado del curso de biología por afirmar que la homosexualidad es «orientación sexual anormal».
Pero no es todo, en la UE hay propuestas tendientes a sancionar la libertad de conciencia y expresión en discursos religiosos cuando constituyan un “discurso del odio”; es decir penalizar las ideas de las personas; verbigracia: lo afirmado por dos jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: «las opiniones extremistas pueden aportar mucho más daño que las restricciones a la libertad de expresión».
Fernando Monsalve Basaúl
Facultad de Derecho
Universidad Católica de la Santísima Concpeción