La realidad económica y educativa de Canadá invita a fortalecer las opciones de acercamiento y mirar con buenos ojos aspectos que se podrían replicar en nuestro país. Esa es la impresión que dejó la reciente misión del Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (Cruch) a Canadá, donde representantes de distintas casas de estudio pudimos relacionarnos con universidades de dicho país y proyectar temas de trabajo académico futuro.
Con un territorio que se extiende entre el Oceano Atlantico y el Pacífico, Canadá es el segundo país más grande del mundo, es multicultural, multilingüístico, abierto al mundo, y cuenta con uno de los mejores niveles de calidad de vida a nivel mundial. Su estructura económica posee similitudes significativas a la nuestra, ya que también cuentan con fortalezas en las industrias minera, forestal, pesquera y acuícola. Asimismo, han realizado importantes avances en la promoción de la innovación tecnológica, y enfocando en último tiempo con especial énfasis, la innovación social.
Resulta necesario destacar, desde el aspecto económico, que Chile posee un tratado de Libre Comercio con Canadá, suscrito el año 1996. Se trata de uno de los acuerdos comerciales más antiguos de nuestro país, que ha funcionado con gran éxito, y que ahora está ampliándose hacia nuevas áreas, demostrando nuestra buena disposición de trabajar en diversas áreas con Canadá.
En el plano educacional y académico, también es alentador encontrar sintonía entre entre las universidades canadienses y las chilenas, lo que quedó demostrado en las visitas de la misión a los centros de estudio en ciudades influyentes, como Vancouver y Montreal, y nuestra participación en el Congreso de Educación Superior organizado por la Organización Universitaria Interamericana.
Durante la misión se descubrieron varios puntos de encuentros, en torno a los cuales se formaron comisiones de trabajo bilaterales. Entre los tópicos que refrendan realidades similares se encuentran: desastres naturales, educación superior indígena, recursos naturales, cambio climático, ciencias costeras, formación inicial de profesores, innovación social, desarrollo sustentable y ética, ciudadanía y valores. Son todas temáticas en las que existe camino recorrido por las universidades chilenas y que pueden brindar nuevos y mejores frutos al colaborar con universidades canadienses.
A partir de los lazos creados, coincidimos en la firme necesidad de potenciar la internacionalización de la educación superior que, por cierto, requiere del compromiso no solo de las autoridades de las casas de estudio para generar los convenios, sino que también de los estudiantes y académicos, para participar de los intercambios e integrar los proyectos en áreas como las antes señaladas y que puedan significar aportes concretos para solucionar problemáticas regionales o nacionales.
La internacionalización de las universidades representa un rol importante para el crecimiento de las instituciones, pero se construye con voluntades, capacidad y apoyo académico e investigativo. Por tal motivo, los intereses comunes con Canadá, que hemos comprobado oportunamente, invitan a que nuestros esfuerzos y proyectos también miren hacia el norte del continente.