Inflación cósmica, una puerta al Universo para la astro-ingeniería en Chile


Científicos del Radio-Telescopio BICEP2 han anunciado la espectacular detección del modo-B de polarización de la Radiación de Fondo Cósmico. El descubrimiento confirma las actuales teorías sobre cómo se formó el Universo: a partir de un punto infinitesimal llamado Big-Bang y de un violento proceso de expansión llamado inflación, ocurrido  menos que milésimas de segundos después. Hasta la fecha, el proceso de inflación pertenecía sólo a un marco teórico que resolvía numerosos problemas planteados por la teoría del Big-Bang.

Al detectarse el modo-B se observa el efecto producido por las ondas gravitacionales impresas en la polarización de la Radiación de Fondo Cósmico generado durante la inflación. Estas ondas gravitacionales estaban predichas como consecuencia de la Teoría de Relatividad de Einstein y nunca habían podido ser detectadas. Así, una nueva era de conocimientos sobre el origen del Universo y la Física comienza y, para reflejar su importancia, se estima que sus descubridores obtendrán el Premio Nóbel de Física por la hazaña.

Este descubrimiento no deja de ser relevante para la ciencia chilena. La observación de la polarización de la Radiación de Fondo Cósmico se realiza en Chajnantor (II Región) desde la década pasada. Radio-Telescopios tales como CBI, QUIET y ACT han escudriñado los secretos del Cosmos y han hecho importantes contribuciones en conjunto con ingenieros, científicos y universidades chilenas. En la publicación de BICEP2 se hace mención a los datos obtenidos por los Radio-Telescopios CBI y QUIET desde el norte chileno.

Importante mención, a pesar de que la tecnología de estos dos instrumentos no permitía llegar al nivel de detección logrado por BICEP2. Impresionante trabajo entonces no sólo para los que hicieron el descubrimiento, sino también para quienes diseñaron y construyeron los nuevos instrumentos, cada vez más precisos y con menor ruido, que permitieron llegar a detectar una señal tan pequeña como la del modo-B.

Todos estos adelantos tecnológicos a futuro llegarán de algún modo a nuestro diario vivir. Así como ya lo han hecho el CCD en las cámaras fotográficas digitales, Internet, las comunicaciones y tantos otros avances logrados gracias al empuje de la ciencia y la tecnología, principalmente desde los países tecnológicamente más avanzados. A este desarrollo tecnológico en los observatorios astronómicos se le ha llamado Astro-Ingeniería, un área que se abre paso en un país donde se albergan los mejores telescopios del mundo, los mejores cielos del planeta y que va a alojar el 70% de la capacidad de observación de la Tierra a 2020. Un derroche de oportunidades para nuestros ingenieros e industria nacional si usamos el 10% de tiempo sólo para observar con estos telescopios.

Debemos también ser capaces de generar las condiciones favorables para que este desarrollo tecnológico se pueda realizar desde Chile. Falta mucho aún para lograrlo, pero ya se han logrado algunos positivos avances. No podemos ignorar el enorme potencial de desarrollo que tenemos al alojar los mejores instrumentos del mundo en Chile y tampoco que descubrimientos como el de BICEP2 lleguen a parecer tan alejados de nosotros.

r-bustosDr. Ricardo Bustos Placencia
Académico Facultad de Ingeniería
Universidad Católica de la Santísima Concepción