El Primero


“Siempre uno desea ser el primero en algo, pero también deseamos que alguien  a quien amamos lo sea de igual forma, y mi hijo es el primero de la familia en entrar a estudiar en la Educación Superior una carrera que lo convertirá en profesional”.

Cuántos casos como éste desfilan ante nosotros pasando absolutamente desapercibidos, porque vivimos una realidad competitiva, o en el caso de las instituciones de educación, preocupados sólo de la captación de alumnos con el objetivo de cumplir las metas establecidas cada año.

Sin embrago, hoy experimenté una gratificante experiencia. Qué lindo es conversar con los padres de este primer ingresado a la Educación Superior, sobre todo cuando son de familias humildes y de bajos ingresos económicos, que no entienden en absoluto el mundo al cual sus hijos ingresan, sólo ven que es el camino de la superación y la alternativa para que ellos, sus hijos, sean lo que ellos jamás pudieron ser.

Ese es el tema al cual nos debiéramos abocar quienes trabajamos en educación, preocuparnos en cómo y qué entregar a estos jóvenes doblemente “primerizos”, tanto de la generación en su familia que ingresa a estudiar una carrera técnica o universitaria, como en vivir la experiencia de estudiar sin tener un apoderado.

Debemos abocarnos en educar a esta persona, no solamente egresar a un técnico, a un ingeniero u otro profesional,  sino un nuevo miembro integral de nuestra sociedad, que será un aporte y ejemplo para sus hijos, y los hijos de sus hijos. Debemos proceder globalmente, entendiendo e incorporando la realidad de estos jóvenes y siendo empáticos con esos escenarios.

Hagamos una reflexión y una oportuna autocrítica para, por lo menos, tener la convicción y tranquilidad de que si no hemos conseguido hasta el momento concentrarnos mayoritariamente en la persona, más que en un número de folio, lo intentaremos permanente e incansablemente.

blog1Héctor Gutierrez Ovalle
Académico Instituto Tecnológico
Universidad Católica de la Santísima Concepción