Varios miles de millones de dólares en pérdidas y paralización total o parcial de la producción en la industria de celulosa, siderurgia, construcción y pesquera, son los principales efectos del terremoto en la Región del Bio Bio. La incipiente recuperación en la producción de bienes, servicios y comercio, reflejada en los últimos indicadores de actividad económica regional (INACER), será brutalmente compensada por la violenta caída de la producción industrial y el comercio como consecuencia de las fuerzas de la naturaleza y el posterior caos social.
La industria de la Celulosa y el comercio debieran estar entre las primeras en volver a la normalidad. Con las correspondientes revisiones a las normas y seguridad de los sistemas constructivos, el sector de la construcción y forestal maderero debieran asumir prontamente el liderazgo en materia de recuperación de la infraestructura perdida. La siderurgia y pesca son los sectores con mayores daños cuya normalización probablemente requerirá de mayor tiempo.
Es muy probable que entre seis y doce meses sea el lapso de tiempo que se requiera para que la capacidad productiva regional se ponga de pie. Sin embargo recuperar la infraestructura perdida es una tarea que requiere de un mayor período de tiempo. Expertos consultados por El Diario de Concepción cifraron en un plazo de diez años para la tarea de reconstrucción. Reducir a la mitad dicho lapso de tiempo debiera ser uno de los desafíos prioritarios de la nueva administración regional.
El “Plan de Reconstrucción” de la Región del Bio Bio debe considerar una reingeniería completa de los sistemas de gestión de catástrofes y del sistema constructivo de edificios, viviendas e infraestructura vial. Estados Unidos, Canadá, Japón e Indonesia son países que tienen vasta experiencia en materia de reconstrucción frente a desastres naturales o guerras. La Región del Bio Bio no debe desaprovechar la oportunidad de elegir las mejores empresas a nivel internacional para ejecutar su Plan de Reconstrucción, cuidando de realizar contratos anexos para aprender de los nuevos sistemas y generar el know how correspondiente para enfrentar futuras contingencias.
Ojalá que nuestra región sepa aprovechar la oportunidad de realizar una efectiva modernización de su infraestructura y del sistema logístico asociado a las contingencias. Realizar la reconstrucción con más de lo mismo nos condena a repetir la amarga experiencia de lamentar pérdida innecesaria de vidas humanas y ser nuevamente testigos del colapso de nuestro sistema social y económico.
Renato A. Segura
Economista Facea UCSC
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