Combustibles sintéticos: independencia energética y carbono neutralidad


El desarrollo de los países, regiones y localidades está asociado directamente con el acceso a la energía en sus diferentes formas. Pero no basta con que esta energía esté disponible, sino que también debe ser eficiente, eficaz y limpia.

Es sabido el daño ambiental que el ser humano ha provocado mediante el uso de combustibles fósiles, por lo que el desarrollo tecnológico a nivel mundial se ha volcado a las energías renovables, principalmente para la generación de energía eléctrica.

Actualmente, los eventos geopolíticos (como, por ejemplo, la guerra de Ucrania) han presionado a los países a reducir su dependencia energética externa, lo que ha incentivado una mayor eficiencia y la búsqueda de producción nacional que permita, en cierta forma, avanzar hacia una mayor independencia energética.

Es a partir de los anterior que nuevamente salen a la luz propuestas tecnológicas que estaban un poco olvidadas en las publicaciones científicas y que contemplan la producción de combustibles sintéticos alternativos al petróleo.

Con ello es posible obtener productos como gasolina o diésel para vehículos, combustible para aviones (jet fuels), también combustibles para calefacción o para uso residencial, para generación eléctrica y para procesos industriales.

Es así como la síntesis química de combustibles es una ruta productiva que permite atender demandas fluctuantes de energía (transporte, calefacción, y eléctrica, entre otros), abastecer de químicos a la industria (como, por ejemplo, amoniaco), y además permitir una mayor independencia energética. Los combustibles sintéticos pueden ser producidos a partir de desechos como la biomasa, compuestos pesados del petróleo, y también a partir de hidrógeno verde, con lo cual se puede conseguir carbono neutralidad, bajando las emisiones de efecto invernadero.

Quizás los dos aspectos más relevantes para producir combustibles sintéticos tienen que ver con la independencia energética y neutralidad de emisiones de carbono. En cuanto a la independencia energética, la producción de combustibles sintéticos puede ser una opción para abastecer de energía a localidades aisladas o extremas y también para reducir brechas energéticas que se generan por falta de continuidad en el suministro de energía en sus diversas formas (electricidad, calefacción, y combustibles).

Con esto podemos imaginar que una isla o un lugar remoto de difícil acceso se podría autoabastecer con todos los tipos de energía necesarias (eléctrica, transporte y calor), sin depender de un sistema interconectado central o del abastecimiento terrestre o marítimo de combustibles, lo que tiene sus propias dificultades y dependencias, como el clima. Este es un desafío que podemos asumir desde la Región del Biobío.

De esta manera, sería posible proveer a todos los ciudadanos de condiciones equivalentes de calidad de vida, sin afectar al medio ambiente, segundo aspecto relevante en la producción de combustibles sintéticos, debido a que de esta forma la generación energética sería verde, eficiente y segura.